tag:blogger.com,1999:blog-2614473472258947822024-02-21T17:59:33.808-06:00ficciones y esoTodo es inútil.Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.comBlogger55125tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-45748736578551768432021-08-25T22:56:00.012-05:002021-08-25T23:27:20.758-05:00Clever girl<p></p><h1 style="text-align: justify;">¡Jurassic Park es mi Star Wars!</h1><p></p><p style="text-align: justify;">Esta es la frase que he utilizado no en pocas ocasiones cuando intento defender un punto desde el fanatismo. Extendida a casi cualquier debate cuando el tema en la mesa es de mi interés.</p><p></p><div style="text-align: justify;">En honor a la verdad, no recuerdo bien si a causa del furor por la película fue que la revista Dinosaurios <i>—publicación semanal que se ofrecía cada lunes por nueve nuevos pesos</i>— fue creada o si esta ya existía. Y desde aquí tengo ya problemas con la temporalidad, pues los nuevos pesos entraron en vigor en 1993, en cuyo verano se exhibió dicho <i>Blockbuster</i>.</div><div style="text-align: justify;">Voy a atreverme a decir que la revista ya se publicaba desde enero. Apoyándome en viejas reminiscencias ajustadas al primer semestre del año.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Cuando cursaba el quinto año de primaria en la Escuela Justo Sierra, ubicada a un par de calles del Hospital General de La Raza, en el entonces Distrito Federal. Mi tío Ramón, hermano de mi mamá y quien por aquellos días estudiaba en Zacatenco, pasaba por mí a la salida. Cada lunes buscábamos en los puestos de revistas de los andenes de la estación del metro, la nueva entrega semanal. Sería hasta el mes de junio cuando los cines se inundarían de esqueletos prehistóricos. Pero estoy seguro que a pesar de no contar con la facilidad de acceso a la información como existe hoy en día, ya mucha gente estaba bien enterada y sacando raja del asunto. El nombre de Spielberg no era ajeno y la producción tenía ya más de un año de rodaje en Hawái para cuando yo devoraba las páginas de tan singular publicación.</p><p style="text-align: justify;">Sobre la vida de esas revistas en mis manos, basta decir que desaparecieron en un mar de dudas y, al igual que los seres que las inspiraron, de su destino sólo quedaron hipótesis. Los cerca de cien números coleccionados a lo largo de cuatro años se esfumaron y la teoría con mayor aceptación, sugiere que alguien me las robó durante una mudanza.</p><p style="text-align: justify;">Por fortuna y, haciendo eco de otra de mis frases favoritas, “todo existe gratis en internet”. Claro que llegué a contactar a gente que ponía sus recuerdos materiales a la venta. Hace unos diez años, incluso estuve a punto de ser estafado por un sujeto de Coahuila. Resultó que nunca tuvo intenciones de enviarme nada y pude descubrirlo al hacerme una cuenta falsa que buscaba hacer una especie de <i>puja online</i> en el momento que tuve ligeras sospechas. La decepción.</p><p style="text-align: justify;">Recordé que no soy un lego cuando de buscar información en internet se trata y por un tiempo incluso pude costear parte de mis estudios con la urgencia de la gente por conseguir cosas de forma no legal. No me enorgullece, pero encontrar el cómic de la banda Pantera en PDF era un crimen sin víctimas. Recuerdo el día que encontré un sitio que albergaba la colección digitalizada de <b>Dinosaurios de Planeta de Agostini</b>. Su nombre completo. Alguien ahí afuera era incluso más apasionado que yo: no sólo tenía la colección de inicio a fin, sino que le dedicó una impresionante cantidad de tiempo a escanear con lujo de cuidado y regalarlas al mundo. El héroe permanecerá anónimo pues así lo decidió. Huelga decir que apenas tuve oportunidad, me guardé copia de todo y lo subí a mi propio drive para los días lluviosos. Si alguien tiene interés, puedo compartirle el acceso. 😉</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGcJPUBiLjeG5mV5XQgtRmEd5jpcj11idLi2EOygfpREAxeLbWsQ4-VGU3zsFFCMeDZVkCYY-lxYCQEGKhFnN6bhViX1x5FHmpc5WjNDGfdG2qXwlwADPhMSqWeaUBeCdGIB01yhUYrPi0/" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="654" data-original-width="1218" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGcJPUBiLjeG5mV5XQgtRmEd5jpcj11idLi2EOygfpREAxeLbWsQ4-VGU3zsFFCMeDZVkCYY-lxYCQEGKhFnN6bhViX1x5FHmpc5WjNDGfdG2qXwlwADPhMSqWeaUBeCdGIB01yhUYrPi0/w400-h215/image.png" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #666666;">Ejemplo de la versión PDF</span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">A esa edad todo impresiona. Y los dinosaurios no tienen un efecto menor sin importar qué clase de persona se trate. No ha llegado el día en que escuche a alguien decir que odia los dinosaurios. </div><p></p><p style="text-align: justify;">Ahora. Si bien la fórmula de los monstruos prehistóricos en pantalla no era nueva, es por todos apreciada la revolución visual que significó. No son pocas las anécdotas de personal de producción mencionando lo impresionado que estaba el director Steven en cada <i>screening</i>. Tan extenso fue el tiempo de filmación y edición, que él ya dedicaba sus días dirigiendo la siguiente película en Europa. Mientras, en algún estudio del nuevo continente, el T-Rex no tenía aún definido si debía corretear al Dr. Grant y los niños en una balsa río abajo o un Jeep por la jungla, como finalmente pasó. </p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC5OPEKDVw_wyYq6rtdEUTM_QpwoUSebo5s4_IlyJuPv3gMKdk3DTMRJx1uxRtGSxLkW-QFDaRkyKLYMdjYHWx77Ykht59roOeAJdCM0xUHcUavNYSN3CVaGRcrVb8q-h6OXIOtpcDQKB1/" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="461" data-original-width="838" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC5OPEKDVw_wyYq6rtdEUTM_QpwoUSebo5s4_IlyJuPv3gMKdk3DTMRJx1uxRtGSxLkW-QFDaRkyKLYMdjYHWx77Ykht59roOeAJdCM0xUHcUavNYSN3CVaGRcrVb8q-h6OXIOtpcDQKB1/w400-h220/image.png" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span style="color: #444444;">Mi wallpaper durante la Universidad</span></i></td></tr></tbody></table><p></p><p></p><div style="text-align: justify;">Aquel día de verano que mi papá y mi tío me llevaron al cine Apolo en Ciudad Satélite, un inusual filtro prohibía el acceso a menores de 13 años. Yo, ataviado con la gorra oficial y una enciclopedia formada por unos veinte fascículos de la mencionada revista bajo el brazo, volteaba con impotencia a ver a mi padre. Mientras él reclamaba la regla argumentando que yo ya tenía trece <i>—</i>lo cual no solo era mentira, sino que además mi físico no ayudaba soportar el engaño<i>—</i> alguien en la fila le gritó al acomodador que ya había visto la película dos veces y que uno de los actores se veía más chico que yo. Lo que era cierto: Escuálido y todo, pero sí le ganaba al tal Tim en un tiro a muerte con navajas.</div><div style="text-align: justify;">Y nos dejaron pasar.</div><p></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTFtBhHM1VXyJg7l6bsbxQH5BgSg8hZH96hDhb_9kPtvN5idZd-_kWOIbLNEZjMuHk-sUp63YmpRu4fLTRDI43mD3XDZOg52HjKGNsgGhromVOQMclrYL4EeZ_WoXsed_frehVYcYTt0wp/" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="199" data-original-width="253" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTFtBhHM1VXyJg7l6bsbxQH5BgSg8hZH96hDhb_9kPtvN5idZd-_kWOIbLNEZjMuHk-sUp63YmpRu4fLTRDI43mD3XDZOg52HjKGNsgGhromVOQMclrYL4EeZ_WoXsed_frehVYcYTt0wp/w400-h315/image.png" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span style="color: #444444;">Única imagen que hallé del Cine Apolo. A una cuadra de Plaza Satélite</span></i></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">Esa noche salí de la sala dudando todo. ¡Cómo era posible que algo así existiera! No sabía por dónde empezar a ordenar las ideas. Lo primero que dije al salir, creo, fue algo como, "El título está mal". En mi mente, tanto mi papá como mi tío habrían volteado los ojos por enésima ocasión y sólo puedo compadecerlos por tener que soportar a un sabelotodo respondiendo con gritos al aire las preguntas que nadie hacía: ¿Cómo se llama ese dinosaurio?, ¿Por qué corren así?, ¿Qué es eso que le escupieron al gordito?</div><div style="text-align: justify;">El tipo de la fila que estaba viendo el filme por tercera ocasión seguro se arrepintió por ayudarnos a entrar.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Estaba decidido a perseguir la ciencia en cualquiera de sus formas: desenterrando huesos, viajando y viviendo en África, estudiar la genética y evitar el error de las ranas transexuales o convertirme en el Bad Motherfucker de la computación. ¡Eso! Cuando el polvo se asentó, la respuesta estaba en las computadoras: Ellas los trajeron a la vida después de millones de años. ¡Ellas pueden hacer lo que sea!</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3Omnj8YYoFizAeamCwppMvMz3v0sierz5KzHDbtZm1JO0ecxNL4yeIsWFFdi7MRfT3fC24PRfTIUhRBx7VZD1SU4snTiXzJO9fyUL_cF6U2E_qUrUu2M2i96LS8FJWzcgxZBn3Ohx02gj/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="403" data-original-width="843" height="191" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3Omnj8YYoFizAeamCwppMvMz3v0sierz5KzHDbtZm1JO0ecxNL4yeIsWFFdi7MRfT3fC24PRfTIUhRBx7VZD1SU4snTiXzJO9fyUL_cF6U2E_qUrUu2M2i96LS8FJWzcgxZBn3Ohx02gj/w400-h191/image.png" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">El enamoramiento con las computadoras duró unos años más que aquél que tuve por los reptilotes. Incluso llegué a estudiar la carrera técnica en computación al tiempo que la Internet despertaba. Quizás debí seguir ese camino. Todo está en el pasado ya. Pero, de la misma forma en que mi romance con la computación facilitó mi autoaprendizaje, permitiéndome dominar programas para efectos prácticos tanto educativos como laborales; mis coqueteos con la ciencia ficción derivó en muchas vertientes. No me extrañó encontrarme con personas que compartían mis gustos. Ellos veían el mundo como yo: un sinfín de posibilidades donde las herramientas estaban al alcance y los temas de conversación no veían fin. No exagero, como ven, cuando digo que Jurassic Park me cambió la vida. Todo inició ese día. Todo lo que soy fue moldeado a partir de aquel asombro. No pudo suceder de otra manera. Y no lo hubiera querido.</div><p></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPnze9HhvxNv_V6o4Nx7L6yM4_wYUjuhJQmYYMtvm_elRmOsQnp95T0oxxDSihLH8EokMqMMyXHI1Q71Gkxj9RZ-gCskQPH_2sZapcBA-uaFXwzAxzcCmgGKfNJBGTnjaWQt1UXpBHOLI1/" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="467" data-original-width="534" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPnze9HhvxNv_V6o4Nx7L6yM4_wYUjuhJQmYYMtvm_elRmOsQnp95T0oxxDSihLH8EokMqMMyXHI1Q71Gkxj9RZ-gCskQPH_2sZapcBA-uaFXwzAxzcCmgGKfNJBGTnjaWQt1UXpBHOLI1/w400-h350/image.png" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #444444;"><i>En el libro de Crichton, una banda de estos compas mata al Dr. Hammond</i></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">Puedo dibujar una línea recta desde el día que fui al cine Apolo y la vez que entré a ver El Señor de los Anillos en Sinaloa durante unas vacaciones. La obsesión por los detalles y la posibilidad de creación cuando, estudiando en la Vocacional, un maestro nos mostró lo más básico de lenguaje de programación para replicar un juego RPG; los juegos de rol que ya no son endémicos de los nerds sino de todo aquel que se precie de tener un poquito de imaginación y tire un dado con veinte caras. La urgencia de mostrarle mi mundo a todos, pero la sabiduría de entregar a cuentagotas mis pasiones más añoradas. El día que mis hijos vieron Mi vecino Totoro por primera vez y, al terminar, me pidieron que la viéramos de nuevo, como un suceso feliz. Y todo se resume el día de hoy, cuando mi novia me compartió una nota de voz donde se escucha a su hija de cuatro años pedirle que le ponga Jurassic Park para desayunar. No diré que lloré. Pero si me conocen bien, puede imaginar la cara que puse. <b>Clever girl indeed!</b></div><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0NW7WcSHzV8yCvbmCEju_p-vb7Fv5aYXchC96o-ajGGwYdew1-lfrok8KKIhbhswSKnzpVVfLAAfeJBFbGPKMlKcb_Lg9N9sNPDUAkO7V4JYGBhJfnxjgG_N2Ayx-YARCqp-e-BxrqQaw/s540/alan.gif" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="290" data-original-width="540" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0NW7WcSHzV8yCvbmCEju_p-vb7Fv5aYXchC96o-ajGGwYdew1-lfrok8KKIhbhswSKnzpVVfLAAfeJBFbGPKMlKcb_Lg9N9sNPDUAkO7V4JYGBhJfnxjgG_N2Ayx-YARCqp-e-BxrqQaw/w400-h215/alan.gif" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #444444;"><i>No. No esa cara.</i></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">No sería un post digno, sin compartirles algo de todo esto. Como Crichton ya se murió y se ahorró ser testigo de la basura en que convirtieron su obra, y Spielberg se pudre en dólares, les dejo copia del libro para que sean esa persona insoportable de las fiestas que señala cada diferencia entre lo escrito y lo que vemos proyectado:</div><div>🔖<a href="https://1drv.ms/b/s!ADVutdYbt1turCw" target="_blank">Michael Crichton - Jurassic Park (1990)🠋</a><br /><br /><div><br /></div></div>Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-77893231804652761092020-10-11T01:29:00.002-05:002020-10-11T01:35:09.741-05:00Recuperando refugio
<p>Trataré de ser tan congruente como pueda: Cada vez me alejo más
de la escritura como ejercicio. Uno pierde práctica, ¿saben?.
Hablando de eso, ¿todavía recordaré cómo andar en bicicleta? Sé
que de plano en patineta ya no. Casi me rompo el ocico jugando con
una en el súper el otro día. Y sí, OK, aunque nunca tuve una
tabla, sí usaba las de mis cuates con regularidad. Y sí, está
bien, nunca me tiré de la <i>media pipa</i>, pero podía andar por
las calles de la ciudad subiendo y bajando banquetas. Bajando, más
que subiendo. Bajando con mal estilo.</p>
<p>No olvido la cara de sorpresa que hace años puso un vecino cuando
agarré su bicicleta para lanzarme de volada por el cambio de
los <i>gansitos</i> que había olvidado en la tienda.<br />
"¡Pensé
que no sabías andar en bici!" -me dice.<br />
Y porqué diablos
pensó eso, me pregunté.</p>
<p>Y la cosa es que tal vez se le hizo raro porque nunca me había
visto andar en bici hasta ese momento; de la misma forma en que sólo
los de la Voca 8 me vieron agarrarme de la defensa de un microbús
para patinar por Avenida de las Granjas. En ese entonces, las micros
se llamaban <i>peseras</i>. Tanto así ha pasado. Obvio me iba a
romper la madre en el Walmart probando ruedas.</p>
<p>El muy pendejo de mi pensó que podría patinar al tiempo que
llevaba el carrito para la despensa; de la misma forma en que <b>¡en
ninguna película en la vida ha ocurrido!</b> y, de no ser por mi
instinto de supervivencia <i>-esa voz que cada vez se hace más
notoria y que de niños nos vale madre porque los huesos soldan fácil
y básicamente estamos idiotas-</i> no estaría escribiendo esto. O
tal vez sí, pero con un chingo de pena cuando alguien me pregunte
porqué estoy escribiendo sobre cómo me caí con un bolígrafo entre
los dientes porque quedé todo parapléjico como el ídolo de Bart
Simpson.</p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZnPNXwv689iRRj1hs-VsR7dIsnkPXagAr3RjYPLwteb02Ka5ksD2blZcaQf7pV1mBVIOUjJiW55nfnwzgIdPYqQ_sTQ7rxDIPjzjplXuhwlQxOh49gXiTpEyMaGBAsRGlWfe8lV3dGPpd/s635/images+%25282%2529.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="483" data-original-width="635" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZnPNXwv689iRRj1hs-VsR7dIsnkPXagAr3RjYPLwteb02Ka5ksD2blZcaQf7pV1mBVIOUjJiW55nfnwzgIdPYqQ_sTQ7rxDIPjzjplXuhwlQxOh49gXiTpEyMaGBAsRGlWfe8lV3dGPpd/s320/images+%25282%2529.jpeg" width="320" /></a></div><p><i>Voy a aprovechar este ratito en mi blog porque quien sabe
cuándo vuelva.</i></p>
<p>Lo cierto es que me tienen fastidiado las redes sociales. No nada
más porque sale un chingo de publicidad, sino porque ya me hace
dudar de mi mismo: Es decir, entiendo perfecto que me aparezcan
modelos de <i>No-Breaks</i> si por Whatsapp platico con mi novia
sobre la importancia de tener un regulador de corriente, porque ahora
las computadoras están prendidas todo el día y nadie quiere morir
en un incendio eléctrico. Pero lo gacho es cuando sale publicidad de
chingaderas que nunca platicaste con nadie y tartas de hacer memoria
si en verdad en alguna ocasión insertaste las palabras "liguero
para hombre" en el buscador. Modo incógnito mis huevos.</p>
<p>No, deja tu la publicidad. Esa la ignoras tantas veces como
aparezca. Es la raza.</p>
<p>Ya nadie sabe comportarse en ningún sitio. Facebook ya no es el
lugar donde busco estar al tanto de mi familia regada por el planeta.
Ya nomás veo memes a lo pendejo. Ahora videos de gente bailando o
haciendo <i>lipsync</i> de comediantes sin gracia. Twitter ya no es
mi fuente fidedigna de información tanto como el sitio donde me
crucifican por externar cualquier opinión. Por cierto, en dos
ocasiones me puse a contestarle a los que me insultaron y, entre los
fans de Gloria Trevi y los fans del Xbox, los gamers son todavía más
niñas y maricas. Me cae que la comunidad diversa aguanta más vara.
Y no es que les haya insultado, nomás hice mención de cómo algunos
idolatran a la señora esa que mató a su bebé y nadie se acuerda
porque pues todavía no habían nacido, pues.</p>
<p>Instagram me gustaba pero ya nada más ves unas tantas fotos, de
pronto sale una palomita que dice, <i>"cámara ya estás al
corriente, a continuación observa ¡doce kilómetros de fotografías
de gente que ni conoces!"</i></p>
<p>Ah, y luego cuando quieres buscar algo en Instagram, salen
“sugerencias” y están plagadas de viejas haciendo pilates
enseñando la raya. Y hombre, no soy ningún persignado, pero yo
jamás pongo en el buscador: “viejas haciendo pilates enseñando la
raya, por favor”, por dos motivos básicamente; tengo hijos
pequeños que en cualquier momento pueden tomar mi teléfono y jamás
los expondría a imágenes no adecuadas y, además, ¡qué pedo no
soy un pinche pervertido! Por diosito que no. ¿A alguien más le
pasa? Porque es que yo ni like le doy a esas cosas del diablo. Me
saca mucho de onda.</p>
<p>Foto real de mi Instagram cuando toco la lupa de búsqueda:</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM6f9Xh61XB-XZ2OQgnAQMj6-1KQDa-UL10ynGF4SBM-jGas1YqkvE6h6gmTKfODjB2x4OlG27lkSXrMZ-g-M3bYsXklPuCjn3mE1_tQsW-rayQR0bsEaIkpgYh8_daM2u_bl8eaIIcXLX/s1280/Screenshot_20201011-010035_Instagram.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM6f9Xh61XB-XZ2OQgnAQMj6-1KQDa-UL10ynGF4SBM-jGas1YqkvE6h6gmTKfODjB2x4OlG27lkSXrMZ-g-M3bYsXklPuCjn3mE1_tQsW-rayQR0bsEaIkpgYh8_daM2u_bl8eaIIcXLX/s320/Screenshot_20201011-010035_Instagram.jpg" /></a></div><br />Entonces sí. Tantito hasta la madre de las redes. Y sí, al igual
que Bob Patiño utilizando un canal de Televisión pública para
hacer terrorismo contra la Televisión pública, entiendo la ironía
de utilizar mi blog para denunciar todo lo que no me gusta.<p>Pero, si lo piensan, es un lugar chido para hacerlo. Libre de
publicidad pendeja, las únicas tonterías que verán escritas, son
de mi autoría: contenido original. Pero no por genuino es bueno. No
me estoy echando flores.</p>
<p>No sé cuándo hice esto la última vez. O si a caso lo hice.
Pero, para recapitular, la cosa va más o menos así:<br />
Ya vivo
solo otra vez, pero en esta ocasión el depa es mío, mío de mí.<br />
Mis
hijos están bien. Les habilité una lap-top con Linux para que tomen
clases en linea y soy su héroe porque la retacamos de Anime
japonés.<br />
Aún tengo trabajo y me ponen a hacer cosas que no me
tocan, o cosas que sí, pero luego me dicen que no, y al final que
siempre sí. O sea, nada ha cambiado ahí.<br />
Mi novia y yo
llevamos ya más de un año juntos y me siento muy feliz porque hemos
aprendido a entendernos y a maravillarnos el uno con el otro; a ella
la quieren mucho en mi familia y a mi igual en la suya. Ya hasta
vamos a cambiar de mamás.<br />
Creo que aún tengo amigos por ahí,
pero es raro saberlo porque estamos en medio de una pinche pandemia
que nos ha orillado a hacer todo virtual. No, no fue el ocio lo que
me llevó a escribir "ligueros para hombre" en modo
incógnito. Eso cuándo chingados pasó, qué pedo.<br />
Todo bien
con mi familia. Dentro de lo que cabe. La pinche pandemia y sus
números rojos ya tocaron a algunos de mis seres queridos y odio que
toda la pinche gente esté haciendo fiestas a lo pendejo todo el
tiempo.<br />
Pero pues obvio no les digo hey, tu, no mames, no tomes
con otras treinta personas en una casa, qué no piensan. Pues porque
quiero seguir teniendo amigos y así.<br />
Sigo en la escuela. Si, ya
sé que dije que porque tenía un chingo de tiempo libre. Pero ahora
parece que no tengo tiempo para nada.<br />
Quiero hacer videos
contando mis pendejadas porque, al tomar clases en linea y dar clases
en linea, me siento Vlogger.</p>
<p>Y ya, básicamente.<br />
No es diario ni nada. Es lo que más o
menos me salió sin hacer redacciones chidas. Nomás estoy viendo que
no me falte ninguna pinche coma por que yo soy bien víbora y creo
que todos son iguales.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOM5-Vcdoq28ZSpaewO4Fmmt4c_izRgPgImU7CjhnLS6tdKBx-i09249tUfPEegwpKBkilaLxV_lnNar5VpoKmoQEgDA9TM_D-Kp24aex0HjnRADP-w6HogpanVTU_2iSSxBaoGxy8EjdD/s739/images+%25284%2529.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="415" data-original-width="739" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOM5-Vcdoq28ZSpaewO4Fmmt4c_izRgPgImU7CjhnLS6tdKBx-i09249tUfPEegwpKBkilaLxV_lnNar5VpoKmoQEgDA9TM_D-Kp24aex0HjnRADP-w6HogpanVTU_2iSSxBaoGxy8EjdD/s320/images+%25284%2529.jpeg" width="320" /></a></div>Descubrí que me late mucho la nueva serie de “The Twilight
Zone” en Prime y estoy leyendo la autobiografía de Pablo Neruda
por segunda ocasión en mi vida. Y le estoy echando tantito Stephen
King a la mezcla. Ah, y chingo de información sobre hidrocarburos y
termodinámica de fases porque pues sigo en la escuela, les decía.<p></p>
<p>Sí, pinche Facebook qué.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0in;"><br />
</p>
<style type="text/css">
p { margin-bottom: 0.1in; line-height: 120% }</style>Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-86789219928500637512019-10-31T23:35:00.002-06:002023-04-19T14:18:34.058-06:00Idalia desde la vitrina<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQlnPB9WqN_qOmCclkKhMZxR965gc5arpHT49b2OhueqT1A_XpSAPGf5hwNRwjeN0QIDASejKBUT3Aelwc8Np3N0-vm5-mWVGrmpVL-9qcQdxY39muix7k_qIFpStYpsV9NppRnWae05Q5/s1600/555.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="563" data-original-width="567" height="317" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQlnPB9WqN_qOmCclkKhMZxR965gc5arpHT49b2OhueqT1A_XpSAPGf5hwNRwjeN0QIDASejKBUT3Aelwc8Np3N0-vm5-mWVGrmpVL-9qcQdxY39muix7k_qIFpStYpsV9NppRnWae05Q5/s320/555.png" width="320" /></a></div>
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<i><span style="font-size: x-small;">"Así me imaginan mis colegas y amigos cuando piensan en mi trabajo"</span></i></div>
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<i><span style="font-size: x-small;">(Fuente: <a href="https://www.instagram.com/p/BPX6Kv5BsSO/" target="_blank">Instagram</a></span></i><span style="font-size: x-small;"><i>)</i></span></div>
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El pasado lunes, 28 de octubre, Idalia Candelas fue entrevistada para el programa "<a href="https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=450027518965726&id=382011229100689&__xts__[0]=68.ARA5jRd4vA1YV5-dtyAmt3AXdtceF0inARjI4h647eWYfVFNah2YUy1CHqdsDuw268-uFA_g9dRAgQfwUIjCxIrEJvFO5KxzVt18MFIXVobKo3yFJgerKJTeoCKgX4LkeAL_VsMdek9brbdsy4EybsZIHhb28K4lMZ2b-0WDE5n3TpgTe7RE5WpDIWGKha2ugyDrKORgzrLrUgNAtlJZ5f8wqSxTJpJZ4U28363SXT6ZDXG48v1cbmpvlwdH2rsTZ2FM774SQYon8al2yH7XG5RC5sXUHtK4atBVdcy1jZ9qagnfaLANlQ2v02okn7DIZgcVgEye_mtGyrLIStyscxg&__tn__=-R" target="_blank">La Vitrina</a>", por Salomé Copca, de <a href="http://www.codigoradio.cultura.cdmx.gob.mx/?fbclid=IwAR31mqwyIVfX76vOfwBreoSwOtZ0XktvubK8tm8_T4Jnzzvbb7YXMPEgkQA" target="_blank">Código Radio CDMX</a>.<br />
Entre otras cosas, habló de cómo considera su estilo, lo delgada que es la piel de los avatares en internet y el génesis de sus primeros libros a partir -prácticamente- de un <i>web-challenge</i>. Resaltó una frase que me gustó mucho: <i>"No veo por qué no debemos considerar a las redes sociales como un negocio".</i><br />
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Quisiera manifestarme ampliamente como amigo y seguidor de su trabajo. La considero una de las personas más inteligentes que han cruzado mi camino. Y sé que es apreciada por ese gremio pujante de ilustradores mexicanos. Pero ya saben lo que opino de la gente que se clava. Y esa raza sí es muy clavada. Pero en arte. Lo cual está chingón.<br />
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Pueden escuchar/descargar el programa aquí.<br />
<br /><a href="https://drive.google.com/file/d/18qKRSCiHagHAUeWRZOxnzPaY3Pzk5COa/view?usp=share_link">https://drive.google.com/file/d/18qKRSCiHagHAUeWRZOxnzPaY3Pzk5COa/view?usp=share_link</a><br />
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Agradezco a Michael Arteaga Nivio, de la Producción de "La Vitrina", quien me envió la entrevista por correo. Los derechos son propiedad de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Contacto: codigodf.contacto@gmail.comAdriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-83559152603261481232019-07-02T01:03:00.000-05:002019-07-02T11:03:42.837-05:00Chabacano <div style="text-align: justify;">
He visto la sonrisa desvanecerse de los rostros de la gente al tiempo que me inunda una alegría desmedida. Tengo la ligera sospecha de que disfruto con el sufrimiento ajeno. Pero, para ser aún más romántico, diría que absorbo la felicidad de los que me rodean.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo cierto es que si había un día en particular en el que quería ser tropezado por la suerte, era hoy.</div>
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Tengo un pésimo historial con el inicio de cada mes: mis doce días de terror al año. La sorpresa me es ajena, así que cuando vi el tumulto en el andén, decidí comprar algo en un puesto de fruta y disfrutar el espectáculo matutino.</div>
<div style="text-align: justify;">
Resulta que en mi linea de trabajo, conocer a las personas es algo que debo realizar en un instante. Vidas dependen de ello. Las suyas, por supuesto. Que a nadie le extrañe que me acerque fascinado a cualquier aglomeración con evidente interés.</div>
<div style="text-align: justify;">
El primer grupo de curiosos, la órbita más externa, nunca sabe qué diablos está pasando.</div>
<div style="text-align: justify;">
Justo es mencionar que soy el peor ofreciendo algún estimado de distancias o tiempos; cuando un peatón buscando indicaciones me pregunta qué tan lejos queda alguna calle, suelo contestar que "como a dos cigarros" o; si en alguna fiesta alguien cuestiona cuánto tardará fulana en llegar, yo respondería algo como "pues en caguama y media, tal vez". No es mi fuerte, lo admito, y siempre recibo miradas en blanco como reacción. Pero necesario es poner un contexto geográfico al asunto. Yo me hallaba como a treinta metros lejos del chisme. OK, mi error, en un andén del metro sí es fácil medir distancias si tomas los vagones detenidos como referencia. A juzgar por la cantidad de gestos inquietos y silbidos aleatorios, yo diría que ya tenían como cinco minutos estacionados: cuatro más la toleracia prometida por la fauna en el subterráneo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Alguien dijo jurando por ésta que se había caído un niño. De inmediato imaginé lo terrible que sería el primer día del mes para aquella persona atravesando ese trance.</div>
<div style="text-align: justify;">
El morbo pudo más y me abrí paso a empujones con el pretexto de conocer al afectado. No me causa remordimiento mentir en casos así. Les digo que en mi trabajo vidas dependen de que descifre a la gente de inmediato o el mundo podría colapsar. Mentir es efectivo.</div>
<div style="text-align: justify;">
El segundo contingente de metiches ya está más enterado de lo que pasa pero es tan inútil e innecesario como el grupo anterior. Nadie mueve un dedo para mejorar la situación. Muchas veces prefiero estar en esta parte del acontecimiento, pasivo espectador de quien nadie espera nada y que al final se ve beneficiado por el primer núcleo: los que sí le están chingando.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ya me imaginaba a un par de sudados maestros de primaria o empleados mal pagados esforzándose por sacar a cachitos al pobre infante desbaratado bajo las ruedas y chamuscado por las descargas eléctricas recibidas.</div>
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Una señora junto a mí me dijo que las vías no electrocutan y yo recapacité sobre si estaba pensando o hablando en voz alta mientras avanzaba.</div>
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El corazón de cada evento es imposible de penetrar. Los gritos de dolor flotaban incomodando a los presentes. Una señora derrumbada sobre sus medias rotas se había desentendido de este plano existencial y no prestaba ánimos para recomponerse a pesar del esfuerzo que dos muejres policías por levantarla. El diminuto espacio que queda entre el tren y la plataforma se había pintado de rojo en una amplia distancia. Empezaba allá donde los zapatos de la mujer quedaron después de hacer el esfuerzo por sujetarle la vida al pequeño que fue consumido entre los rieles. Trozos de tela que no portenecían a la señora adornaban desgarrados cada tantos metros ofreciéndonos una idea precisa de lo mucho que sufrió el accidentado. Había un par de personas pujando y tartando de sacar algo de entre los vagones. El dolor ya no flotaba sobre nosotros los testigos, sino que llegaba desde el fondo del vagón y se apagaba de a poco. Todos los presentes se unieron en llantos desolados. Decidí dar media vuelta e irme en taxi al trabajo. Nunca estuve más equivocado respecto a la absurda idea de disfrutar el sufrimiento de otros. Cada que alguien piense en algo similar, tendré una imagen que insertarles en la mente para que encuentren empatía antes que soberbia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Horas después, sin haber digerido por completo el paseo por mis peores temores, avisé a recepción para que enviaran a mi oficina a la octava persona en la lista. Tuve que reorganizar mi agenda expresa petición de esa señora en particular. Mencionó haber tenido un retraso y pidió ser atendida al final del día.</div>
<div style="text-align: justify;">
La vi entrar con pausas camaleónicas dudando entre dejar la puerta abierta o cerrada. Le pedí que tomara asiento. Entró con cabeza gacha sin permitime verle los ojos. Parecía cuestionarse cada movimiento como si contemplara todo y nada al mismo tiempo. Le acerqué un vaso con agua como precaución. Distinguí un olor aceitoso y sudoroso. El vestido, arrugado en cada pliegue delataba días de uso. Máculas de todos colores hacían difícil adivinar su color.</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de agradecerme que le recibiera, explicó que su demora se debía a que perdió algo en el camino provocando un alboroto que se salió de control.</div>
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Le pregunté si había estado en el metro esa mañana. Dijo que sí. Que toda la linea del tren se detuvo por horas. Hundió su rostro entre las manos.</div>
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Incómodo y, sin saber cómo reaccionar ante eso, hallé coraje para pedirle que cad... De súbito, levantó el rostro desfigurado gravemente por una inmensa pena y enmarcado con lágrimas negras del barato maquillaje entregándome la sonrisa más aterradora, esa mueca carente de vida de la boca sin dientes y negra como el abismo de mis pesadillas: ¡Pero sí llegué a la entrevista!</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-72803952784936134742019-06-26T09:24:00.002-05:002019-06-26T09:24:12.072-05:00Todas mienten.<div style="text-align: justify;">
Estos días sin auto son agridulces. Me gusta no tener que preocuparme por dar un mal giro, fallen los frenos, me caiga un camión de basura encima y me muera. Pero no me gusta convivir codo a codo con personas absortas en sí mismas. No espero que me hagan fiesta por subirme al mismo camión que ellos. Pero no sería lo peor que demostraran un ápice de vida detrás de esos ojos vidriosos.</div>
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Tomen a esta chica, por ejemplo: se paró justo a mi lado tapándome la luz, así que dejé lo que estaba haciendo y andaba ya medio-de-pie con intenciones de ceder el asiento, cuando me soltó la mirada más condescendiente de su vida (yo he recibido peores) al tiempo que decía que ya iba a bajar. OK. No esperaba un gracias, ni mucho menos. Pero, al ser la única dama de pie, me creí en posición de aligerarle la mañana. No es que estuviera cargando un millón de cosméticos en su bolso, ni que viniera saliendo de hacer guardia en el hospital donde subió al transporte, o que necesitara alguien que la rescatara. Simplemente me dijo que no y yo lo tomé como un verdadero “no, gracias, bajo en la próxima esquina”. Eso dijo, pero sin el gracias.</div>
<div style="text-align: justify;">
Por su puesto que no se bajó en la esquina siguiente y, por el contrario, siguió estoica junto a mí mientras más se poblaba el espacio con cada parada. Mintió. No sólo mintió respecto a que bajaría pronto, sino que aceptó el asiento cedido por el sujeto detrás de mí. Y, como era de esperarse, incluso yo bajé antes que ella y vi cómo se fue alejando mientras maquillaba sus mentiras. Sí llevaba como un millón de cosméticos a fin de cuentas.</div>
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Ese es el problema con esta gente: no saben cómo actuar hasta que la insistencia les dobla. Me recuerda un par de sucesos que involucran a la misma persona.</div>
<div style="text-align: justify;">
El primero ocurrió así: andaba de fiesta con mi aún esposa en no sé dónde. Lo que recuerdo es que escogimos un karaoke-bar (menos el karaoke) para tratar de relajarnos después de alguna incómoda cena por compromiso con algunos de sus amigos. Siempre terminábamos fastidiados después de ver a sus mamonas amistades y buscábamos un bar en decadencia cuando no hacíamos escala en cualquier Motel. Aquella vez se nos cruzó este disque karaoke-bar que más bien era bar para gente que venía de ver a sus amigos mamones.</div>
<div style="text-align: justify;">
Digo que no era karaoke porque no había un alma cantándole a las pantallas con letras de ritmos para baile: Lo peor que alguien puede hacer en un karaoke-bar es cantar algo para bailar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la música estaba y el ánimo en la gente no mermaba, así que muchos ya bailaban. Pensé en bailar con mi entonces mujer pues es la única persona en toda mi vida que me ha hecho sentir cómodo en la pista. Al menos no se burlaba de mí en mi cara. No con eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero su respuesta fue un férreo no. Insistí un par de veces cuando la canción cambió a una muy conocida por nosotros. De nuevo se negó. Según ella, no aguantaba los pies por usar tacones. Siempre usaba tacones porque le molestaba ser la de menos estatura entre sus mamonas amigas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo dejé pasar y destapé la segunda vuelta de cervezas. En ese instante, como genio que salió de la botella, apareció este amigo que tenemos en común y que recién había despedido a su cita de esa noche. Según dijo, ya se iba cuando nos vio sentados por aquí. Como tenía tiempo sin vernos, metió a su acompañante en un taxi y le dijo que se verían después. Vino a saludar efusivo como es y, ¿qué creen? No le bastaron dos preguntas para llevarse a bailar a mi ex. La mamona incluso se quitó los tacones pues debía vivir con su mentira del dolor de pies. Igual que el maquillaje, ¿cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo bailaron una pieza, la devolvió entera, nos dejó su cerveza y se fue a pedir canciones. Pero el simple acto bastó para que lo dejara cantar solo un dueto que previamente había acordado con un guiño a la distancia. No estaba de humor con ninguno de los dos y me arruinaron la noche con todavía unas cuatro o cinco cervezas por delante. Ninguno de los dos entendía qué me pasaba. Yo estaba seguro que el karaoke-bar entero había atestiguado la escena y me daba la razón.</div>
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Como sea. La segunda vez que pasó exactamente lo mismo, aunque yo ya no estaba casado y había llevado a una chica maravillosa a cenar precisamente en la casa de este sujeto que bailó con mi otrora pareja hace años. Supongo que esto demuestra que la base pura de los celos estriba en qué tanto nos afecta que alguien ya no quiera hacer lo mismo con nosotros pero si con alguien más. Es un tema muy extenso para desarrollar aquí. El punto es que había llevado a esta hermosura de mujer a una comida/cena mexicana que ocurrió en dos casas separadas por una calle. En la primera, ocurriría la comida/cena; y en la segunda, la cena/baile/karaoke. Yo estaba listo. Lo había planeado durante días y estaba verdaderamente emocionado de que me acompañara esa persona en particular.</div>
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Todo ocurrió con mesura a pesar de la cantidad de mezcal en la mesa (las mesas). Cuando nos llevamos la fiesta a la casa siguiente, nadie quiso cantar de inmediato y mejor nos dedicamos a bailar. O eso pensamos que hacemos. ¿Alguna vez estado sobrios viendo a sus amigos ebrios bailar? Nadie tiene el corazón para decirles lo que pasa en realidad. Los reto.</div>
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Pues lo imaginable sucedió: invité a esta muchacha a bailar y tiernamente se negó. Aunque, como pensé que era un “no, pero insiste tantito”, lo hice. No mucho. Un par de ocasiones y, cada vez que lo mencionaba, presumía saber un paso oculto que había guardado para ese día. Mentiras, pues.</div>
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No insistí más y pensé llevar la plática a otro lado cuando este sujeto se asomó de pronto y la sacó a bailar. No acepta un no por respuesta.</div>
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Pero había muchas cosas distintas para entonces: ni mi relación con ella se asemejaba a la relación que referí en la primera ocasión; ni venía fastidiado de una cena por compromiso con gente que me caía mal y en mi sangre no había fermento de cebada, sino de agave. Así que lo dejé ser con una sonrisa; yo terminé bailando con un par de amigas y eventualmente con mi acompañante. Pero nada estaba en orden ya.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esa es la verdadera razón que tuve para dejarle de hablar. Es real, yo dejé de hablarle y no al revés. A ella. No al otro. Él sigue siendo como es. Incluso trabajamos juntos. Pero la primera, al igual que la del relato previo y, de la misma forma que la chica que no tomó el asiento que ofrecía, todas conservan la línea de mentira con la que viven sus días. No soporto a la gente así.</div>
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Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-45347162725872924932019-06-24T09:23:00.005-05:002019-06-24T12:02:56.433-05:00Lunes<div style="text-align: justify;">
Mi paso presuroso nunca se comparó con aquél de la mujer que me dejó atrás en dos ocasiones en tan corta distancia. Llamo corta distancia al trayecto que comprende el extremo del andén; subiendo las escaleras hasta los torniquetes de acceso, atravesando el túnel enmarcado por tiendas de conveniencia de todo tipo, hasta la salida a la estación de autobuses. En tiempo no me toma más de 5 minutos con prisa. Hoy intentaba mejorar mi marca por puro ocio. Jamás corro cuando tengo urgencia. La mujer en cuestión es una de tantas en el mar de cabezas delante mío que delatan su impaciencia mientras más rápido menean sus cabelleras. No presto especial atención a ninguna de ellas; mientras más pronto pueda salir del improvisado centro comercial, mejor para todos. El llamado improvisado centro comercial no es otra cosa que una larga serie de locales donde todo lo imaginable está a la venta: desde chicles por centavos hasta autos en una agencia que más bien parece burlarse de los transeúntes en su diario trajín sin esperanza. Hablando de esperanza; esta mujer que mencioné antes, se detuvo un momento en uno de esos locales, no sin antes darme un codazo pues mi pausado caminar le inquietó sobremanera: se trataba de una compacta capilla católica.</div>
<div style="text-align: justify;">
Todo aquí está compactado: hay un local que en realidad son tres consecutivos unidos por puertas, que hacen la función de centro de salud; con consultorios de nutriólogo, médico general y dentista contiguos. Lo sé pues sus enormes ventanales dan directo al pasillo del túnel que cruzo sin ganas: Una especie de zoológico para enfermos. Hace unos días, un alumno me dijo que la palabra en alemán para hospital es “<i>krankenhaus</i>”. Algo así como “Casa de sufrimiento”. Pinches alemanes. Ese consultorio de entrada por salida me hizo pensar en ello.</div>
<div style="text-align: justify;">
Igual de compactos desfilan ante nosotros zapaterías donde las chicas gastan sus quincenas en “<i>flats</i>” que deben probarse sacando las piernas del local, metiéndole prácticamente el engalanado pie a cualquiera que venga lo suficientemente distraído. Junto a ésta, hay una tienda de ropa para dama cuyo probador consiste en la destreza de la encargada que, no obstante tener que trabajar el día entero de pie, sostiene una cortina para que sus compradoras decidan qué blusón va mejor con qué <i>leggings</i>. La respuesta obviamente es ninguno, pero el traductor de la vendedora siempre esbozará una sonrisa al tiempo que alaba las múltiples figuras bajo su guardia. Parece hasta de mal gusto que, cruzando el pasillo del túnel, el local de abarrotes haya dispuesto de una barra y periqueras para que los comensales de burritos de horno de microondas tengan esas dos tiendas como espectáculo mórbido súper urbano.</div>
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Pero les decía de la chica que a codazos se abrió paso para entrar a uno de los locales más bizarros que me imaginara hallar en este sitio. Le digo capilla porque mi ignorancia es tal que, si es pequeña, es capilla; si es mediana, es iglesia y, si sale en la televisión, es catedral. La verdad no sé si esta sea su apropiada definición y no intento insultar a los fieles con mi desconocimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pues la chica entró súbitamente sólo para detenerse con similar estrépito ante una efigie que, acordada mi entendida incultura, ni siquiera me animaré a nombrar. Lo curioso de la escena no es la posición de la capilla: geográficamente forma un ángulo obtuso que, por un lado continúa con el fluir del túnel pero, por el otro, ofrece una salida alterna a una avenida transitada. La capilla, emulando el modelo del consultorio, derribó un par de muros y comunica la estancia frente al altar con una diminuta cafetería bajo temática religiosa. Todo decorado en diferentes tonalidades de beige y café; y pequeñas imágenes y esculturas a la venta. Aquellas más costosas indican su previa bendición en tierra santa. Por su puesto que exhiben fotografías como prueba del acto de fe.</div>
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Entonces, la niña ésta se detiene ante los pies, literalmente los pies desnudos esculpidos con pereza de algún santo, y se persigna (creo que así se escribe) antes de rezar con ojos cerrados.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al pasar detrás de ella, noté que en ningún momento, desde el artero codazo donde solía estar mi costilla de Adán, hasta que se dedicó a rezar, despegó su celular del oído.</div>
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Aparentemente la llamada que atendía era igual o más importante que un acto que desde mi agnóstica perspectiva, merece respeto cuando no solemnidad.</div>
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Comentaba que la audaz muchacha era veloz como el demonio, ¿cierto? Bueno, al menos mencioné que caminaba tan rápido como para dejarme atrás en un par de ocasiones: aquella cuando entró a rezar como alma que lleva el diablo a expiar, y la siguiente, más adelante, al ingresar a una farmacia.</div>
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Para esa segunda escala en su trayecto, distinguí con claridad que pedía a su interlocutor que la esperara; guardó su teléfono en la bolsa del abrigo y se dirigió a los estantes para buscar no sé qué cosa.</div>
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Sea lo que fuera, le merecía más atención que ese banal trato divino que pretendía mostrar cuando casi derriba a un peatón cómplice de sus mañanas y quien terminaría inmortalizándola en estas líneas.</div>
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La mujer era bellísima si he de decir la verdad.</div>
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Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-67569937701325539802019-02-18T08:32:00.004-06:002019-02-18T08:32:45.919-06:00veinte diecinueve<div style="text-align: justify;">
Hombre. Lo que va del año ha sido magnífico para mí.</div>
<div style="text-align: justify;">
Razones varias que no enumeraré justo ahora. Sí, ya sé que si un espacio existe para extenderse, es éste.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es sólo que quiero ponerlas en orden chingón para después.</div>
<div style="text-align: justify;">
Un par de anotaciones:</div>
<div style="text-align: justify;">
Algo que retomé después de ocho-nueve años de ausencia: asistir a misa dominical. Digan lo que quieran, pero la terapia <i>nomás </i>no me ayudó (ver <a href="http://padrinoadrian.blogspot.com/2018/12/hey-todo-lo-que-sigue-es-una-gran.html" target="_blank">post </a>anterior).</div>
<div style="text-align: justify;">
Y algo que siempre quise hacer pero nunca me había animado a: tomar clases de baile. Esto último medio chingó a su madre pues en la academia cambiaron los horarios de todas las clases dándole en la madre a mi progreso en salsa cubana. Ya aprenderé de la forma tradicional: sacando a una chica menos tímida que yo a la pista.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero esto continúa, ¿eh?</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-28518300744455224642018-12-14T11:46:00.004-06:002018-12-14T11:46:30.089-06:00Hey, todo lo que sigue es una gran mentira.<div style="text-align: right;">
<i>Voy a aparentar no sólo que alguien lee ésto,</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>sino que también lo hace una persona que me importe.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No lo tomes a mal. Pero no tiene sentido, ¿sabes? Nada lo tiene.</div>
<div style="text-align: justify;">
No hallo el sabor en las cosas; desde el simple <i>"...ok, amareto está bien ya que no tiene crema irlandesa, señorita"</i> en el capuchino que estoy pagando <i><span style="color: #666666;">-dejando expuesta la primera de mis fallas: el eterno conformismo-</span></i> hasta el no aguantar verme en la posición que me encuentro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Podría hacerte una descripción detallada cual si de una experiencia <i>extracorporal </i>se tratara. Lo sabes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Detallando cómo se acumulan libros sobre libros en un rincón del cuarto donde ahora vivo, la ausencia de decoración por no sentirlo <i>mío,</i> mirando al techo a la espera de que alguien se sincere conmigo, me tome de la solapa y diga, <i>"hey, ¿te das cuenta cómo te manipulamos?"</i> en un <i>loop </i>que inició el día que me bautizaron.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal es el la profundidad de mi pantano, que el mínimo intento de actuar por voluntad, me paraliza. Me atormento imaginando a alguien desobedeciendo su instinto y, por el contrario, ejecutar lo que le pido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Justo ayer me entregaron los resultados de numerosos estudios pagados por mi patrón. Resulta que estoy en perfecta salud (si ignoramos mi bajo peso para los estándares en este país de marranos) y no podía sentirme más triste. Vi salir del mismo consultorio a personas con semblante triunfal en sus batallas personales contra la diabetes o la hipertensión; los soldados golpeados por una mala noticia a pesar del esfuerzo:<i> "lo lamento, en verdad necesita cambiar más sus hábitos"</i>, etc.</div>
<div style="text-align: justify;">
No estoy diciendo que esperaba una noticia terrible, por su puesto. No estoy idiota.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero, hombre, este año me he excedido en diferentes renglones y no estoy pagando el precio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ni siquiera eso me puede distraer de este marisma en escala de grises.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sea por esto, o por mi inevitable nihilismo, termino flagelándome no sin queja.</div>
<div style="text-align: justify;">
Una de las formas más recurrentes es dejando de tratar a las personas que nada me han hecho.</div>
<div style="text-align: justify;">
En estricto sentido: nada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su único error ha sido tenerme cerca. No hay explicación detallada o propósito ulterior. Estoy en el extremo opuesto del pragmatismo. Detesto despertar sabiendo que hay responsabilidades qué atacar aún cuando me he ido a dormir la noche anterior sin sentimiento alguno de urgencia por querer terminar un proyecto; un propósito, una meta, un objetivo o una maldita frase.</div>
<div style="text-align: justify;">
El próximo jueves me pondré a prueba de manera estúpida. Nuevamente sin saber cómo decir que no, quedé en un intercambio de regalos. Ya saben, diciembre al fin. Y si bien esto no hubiera significado malestar alguno en el pasado, no tolero la idea de ver a alguien con quien dejé de interactuar hace casi tres meses. Digo casi por que ayer estúpidamente envié un mensaje del cual me arrepentí en el instante mismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces sí, Todo este texto que no tiene mayor fin que distraerme golpeando el teclado esperando que termine otra tarea paralela, va dirigido a ti.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si de algo sirve, fui a ver a una psicóloga en este tiempo. Después fui a ver a otra cuando la primera no me gustó. Y no he vuelto a ir. Ahora me doy de topes por el dinero que me pude haber ahorrado en dos sesiones y el transporte.</div>
<div style="text-align: justify;">
No sé qué más escribir. A caso que odio estas fechas y no le veo caso a seguir contándole todo lo que me molesta a oídos que no lo piden. Que no pueden ayudar sin importar cuán preparados estén delante de su muro lleno de copias enmarcadas de diplomas por tiempos mejores.</div>
<div style="text-align: justify;">
Qué pendejada ir a terapia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Qué pendejada pensar que hay mejora después de un cambio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ah, tal vez, que cada sonrisa que he entregado este año es falsa.</div>
<div style="text-align: justify;">
Que de la misma forma en que he terminado odiando jugar fútbol, estoy odiando otras cosas que antes me procuraban gozo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Todo se va al puto carajo.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-30620213639125402922018-10-25T10:17:00.000-05:002018-10-25T10:24:13.284-05:00Jacinto<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No le tomó ni dos minutos reponerse del relato anterior.
Quienes le escuchaban, sentados en las escaleras del patio principal, miraban
alternativamente sobre sus hombros anticipando la puñalada de cualquier otro
recluso. Jacinto tenía fama de contar vivencias y muchos se encontraban
embelesados por su voz eléctrica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
"Esperé a que la policía tumbara la puerta de la casa
de mi suegra. La cabeza del niño pierde peso cuando ya no pelea,
¿sabían?". Dijo para dar inicio a la segunda historia: Dos marlboros, la
cuota.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
“No tenía nada contra su mamá del Nico, ni de su jefecita,
la pura verdad” -continuó al tiempo que le prendían un cigarro-. Es más, yo ni
quería salirme de esa casa aunque me dijeran que por malandro me iba a cargar
la chingada. Ya me habían llenado el vasito con sus pendejadas. Si no hubiera
sido por mi chavo, me cae que sí me enderezaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tres semanas antes, Jacinto empezó a hacerse un nombre
dentro del presidio: la voz corrió con que había violado a un niño y él nunca
se molestó en desmentir a nadie. Aguantó las salvajes torturas que le ponen un
moño a la bienvenida al reclusorio para gente como él. Tres noches sangró por
el ano a causa de las repetidas embestidas con el mango del destapacaños. A la
semana de no dar respuesta, los cobradores de piso se desentendieron pues
sabían que nadie de afuera paga por un <i>cogeniños</i>. Más tiempo perdían queriendo
sacarle un sentimiento que bien podrían invertir en el <i>call center</i> clandestino
para extorsiones. ¿Dónde más iban a sacar sus cien varitos por hora?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La segunda semana se la pasó en el sanatorio. Si es que a
ese cuarto de tiliches con gasas se le puede llamar así. Ciertamente no era una
enfermería y para nada semejaba una clínica de cuidados intensivos. Ahí le
pararon las hemorragias con la sospecha de que se pudría por dentro y ni él
mostraba interés en mejorar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Halló refugio del mundo dentro del mundo en aquella escalinata
a una veintena de pasos de su celda. No podía desplazarse mucho y parecía dejarse
consumir por el hambre y los espasmos que menguaba fumando un cigarro tras
otro. Alguna vez oyó decir que nadie se había muerto de una sobredosis de
nicotina, pero parecía haberse propuesto derribar ese mito.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p>Hablaba con mala dicción, la propia de las personas educadas
por la calle, cobijadas por el sereno del parque y moldeadas por el hambre.
Pero no se guardaba nada, decían. Era como ir a una plática de alcohólicos
anónimos y sumar todas las experiencias en una voz. Parecía un desperdicio
dejar morir una existencia tan matizada sin constar registro de todo. Como a mí
no me alcanzaba para comprar papel, memoricé todo lo que pude y a mi limitado
entender de cómo escribir, quise replicar un par de historias prestadas. De
todos modos sólo estoy de paso por aquí: soy uno de tantos inocentes que no
tuvo para la fianza y se comprometió con toda la familia para pagarles apenas
saliera. Tres meses más, según me dicen. La mía fue considerada como ofensa menor, pero el trato
para todos aquí dentro no distingue unos sobre otros. Bueno, a los <i>jacintos </i>sí
los aparta. Pero ese <i>compa </i>se muere antes de que yo salga.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Terminaré de contar su segundo relato antes de repasar el
primero, que es mucho más interesante, pero no el que lo mandó a este nido de
ratas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
"Neta que yo no quebré al chavito, ¡por ésta!" -Se
besaba la mano haciendo una cruz con índice y pulgar, dirigiéndose a su escucha
más cercano- Esa noche había ido por él para llevármelo a San Luis, tenía un
cuñado que me daba chamba en un taller, por la derecha, ¿ves?.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Fue su abuela la que lo tenía muerto de hambre. Le pegaba
<i>nomás </i>porque decía que se parecía a mí. El Nico bien noble se aguantaba los
chingadazos. ¿Su jefa? ¿Esa pendeja? ¡Qué le iba a decir a la ñora si le
soportaba todas sus puterías!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No, si yo ya estaba hasta la madre de sus chingaderas pero
pues tenía que ganarme la papa en los camiones y eso nunca les cayó chido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Qué culpa tiene uno de nacer indio, ¿no?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo nomás les decía que si, que sí pero que el Nico se iba
conmigo. No me dejaban verlo. Un noche pasé cuando ya estaban todos dormidos.
Los culeros ponían el pasador por dentro para que no me metiera. Pero le dije a
mi chavo que me abriera. Tenía que pasar por unas cosas y regresaba, y que sacara
una mochila pa' sus cosas. Pero pues el morro es morrito, ¿sabes? despertó a toda la
colonia tratando de sacar la mochilota más grande y haciendo un desmadre. Apenas
me había salido de la unidad cuando vi que se prendieron las luces del cuarto y la sala. Me regresé en chinga para agarrarlo y a la verga, ¿no? Pero <i>pos </i>la ñora
ya lo tenía bien amachinado. El Nico pataleaba y en una de esas le dio a su
abuela en la rodilla mala. La seño se cayó en medio de la sala y agarró a mi
chavito del pescuezo. Pinche vieja, nunca tuvo más fuerzas la condenada. Y así condenada se fue al infierno la hija de la chingada porque antes de que me
mandara al Nico a dormir para siempre, le puse una verguiza que seguro atravesó
al otro lado con una pinche cara de dolor la cabrona. ¡Vieja puta!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En chinga se despertó la mamá del Nico y como veía que
estaba sacudiéndolo pensó que le había hecho algo. ¡Nel, Alondra, no mames, fue
tu jefa, AYÚDAME!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero pos nomás vio a su jefecita ahí desguanzada con sangre
en la cara y se me dejó venir con uñas la perra. Yo nomás quería quitármela
de encima y llevarme a mi chavito. Tu tío me va a dar chamba en San Luis, Nico,
aguántame payasito, no te me vayas todavía. Quien sabe con qué chingados me
pegó la Alondra que me dejó toda la cara caliente. Le agarré los cachetes de
marrana y le dije que le bajara de huevos, que fuera por un doctor, pero la
pendeja me seguía pegando y me mordía la mano. Y ya con la pinche calentura le
dije que se iba a la verga. Le metí los dedos en los ojos y nomás chilló como
la marrana que es con esos pinches cachetotes colgados. Se puso menos pendeja y
la puse en el suelo. Le dejé la rodilla en la garganta hasta que ya no se
moviera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De un patín cerré la puerta de la sala y le gritaba a los pinches
metiches de los vecinos que sí, que fueran por la policía. Pero que me mandaran
un padrecito también para que guiara a mi Nico. A mi payasito que ya se sentía
frío. Ya ni pesaba su cabecita.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ni me dejaron ir al funeral los culeros. Mi cuñado me dijo
que me fuera a la verga y que ojalá me violaran en la cárcel. Ese puto fue el
que dijo todas las mentiras. Pero pues qué chingados, ¿verdad? Pa qué se casa
con la prima de la Alondra. Estaba más de ese lado que del mío. Y apenas en las
audiencias me enteré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A mí que me lleve la chingada. Una cosa buena había hecho en
la vida y me la arrebató una méndiga vieja.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero allá me la he de topar. Y si se la voy a dejar caer
bien cabrón. A ella y a la marrana de su hija.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Jacinto prendió otro cigarro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero lo que les decía sobre el primer relato...</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-82608154814659238312018-10-03T22:12:00.000-05:002018-10-03T22:24:10.080-05:00No lo creo, Rick<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSRodPdHR1BZEAzTrW3r-DrLyWaASgoKIrO_2f8-Vumh5uWZOOwP0aU27dJY5qSZ51ujil2YE7CnlBTKjNhtvraqzRU8EhhQFKb2k-1iFqYDVUBzpQ52d2KYmW8db5U7KWKhu_1W4IRKxn/s1600/unnamed+%25282%2529%257E01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="253" data-original-width="472" height="171" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSRodPdHR1BZEAzTrW3r-DrLyWaASgoKIrO_2f8-Vumh5uWZOOwP0aU27dJY5qSZ51ujil2YE7CnlBTKjNhtvraqzRU8EhhQFKb2k-1iFqYDVUBzpQ52d2KYmW8db5U7KWKhu_1W4IRKxn/s320/unnamed+%25282%2529%257E01.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
He comprendido, al fin, de qué van estos "ciclos depresivos" según insisto en llamarles: no se tratan sino del momento de claridad pura sobre mi situación actual. Una que no consigo controlar y, para la cual, todos tienen la solución precisa.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ante lo cual veo diferentes consideraciones:</div>
<div style="text-align: justify;">
1. Todos son normales y yo anormal.</div>
<div style="text-align: justify;">
2. Todos son genios y yo un retrasado.</div>
<div style="text-align: justify;">
3. Todos tienen la respuesta a cada problema y yo un No para cada oportunidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Puedo seguir. Pero creo que he dejado claro el punto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que no he precisado es a qué me refiero con "momento de claridad". Bien. Según parece, me he anestesiado de los sucesos como vienen. Me sujeto a la idea de que no puedo salir del lugar donde actualmente vivo mientras no tenga un segundo ingreso que me permita rentar una cama donde dejar caer mis (preocupantemente) contínuas jaquecas: Es para ello que vengo a esta casa donde últimamente no me siento cómodo. Para dormir. Procuro existir lo más posible fuera de este espacio pues, lejos de un refugio, se ha transformado en un constante recordatorio de mi precaria capacidad económica.</div>
<div style="text-align: justify;">
No abundaré en detalles.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Mencioné un segundo ingreso? Bueno. Eso se debe a que el actual no alcanza para maldita la cosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Por que no cambio de empleo como me recomiendan? Miedo. Miedo principalmente. No. No es miedo. Es la completa convicción de que no tengo capacidad de hacer otra cosa que no sea hacerme pendejo durante el periodo de tiempo que abarca la entrada y salida de cualquier lugar donde se requiera el minimo de disposición para aprender. Ya no digamos para superar mis cualidades de "trabajo en equipo; entrega de resultados bajo presión; iniciativa y don de gente". O, como yo lo entiendo, "sin quejas por no cobrar los primeros tres meses de capacitación; cobrar por comisiones; jamás quejarse y ser fuerza de ventas".</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Y por qué diablos no haces algo más?</div>
<div style="text-align: justify;">
Verán. Históricamente, jamás he atinado con cualquier negocio que intento. Estos dias me aferro con las uñas a no abandonar algo que requiere cada vez más inversión y menos ganancia. No se cuanto más soporte así.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al respecto tampoco abonaré más detalles.</div>
<div style="text-align: justify;">
Líneas arriba mencioné que busco pasar poco tiempo en donde vivo. Es extensivo a mis hijos. No estoy a gusto con ellos aqui. No tengo autoridad que me permita darles educación esencial. Tratamos de distraernos en otros lados.</div>
<div style="text-align: justify;">
El breve rato que pasamos juntos se ve aún más reducido debido a que tengo deberes durante gran parte del sábado. Responsabilidades que me orillan a buscar quién me apoye con sus cuidados. Esa particularidad (estoy a punto de descubrirlo) podria co$tarme el dinero que gane durante las seis horas que trabaje. Solo me queda levantar los hombros, ¿Cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
Dos cosas me molestan sobremanera:</div>
<div style="text-align: justify;">
1. La gente que supera la adversidad y expone su historia a manera de empujón motivacional.</div>
<div style="text-align: justify;">
2. La gente que te dice que sigas el ejemplo de los mencionados en el punto anterior.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entre los primeros, hay algunos contra los que no tengo nada. Admiración a caso. Entre ellos, dos héroes: Bill Watterson y Stephen King.</div>
<div style="text-align: justify;">
Uno abandonó su horrendo empleo haciendo publicidad que odiaba para volverse caricaturista. El otro se convenció de ser un escritor promedio que viviría con los lujos que muchos actores de Hollywood sólo soñarían.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ninguno de ellos pavonea su éxito. No al menos a manera de "motivational speech".</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquellos que se atrevan a utilizar sus vidas de éxito para señalar cómo también podría labrar mi propio camino al bienestar, me dan náuseas. Incluso se ponen de ejemplo: "yo dejé todo lo que tenia porque quise ser feliz". Pinche filosofía de Alquimista de Cohelo (o como se escriba).</div>
<div style="text-align: justify;">
Volviendo a lo de "momento de claridad". Es ésto. Me entumo con mi día a día. Con una que otra cerveza en fiestas. Con distractores en forma de Stendhal, Hemingway o Cortázar. Con las horas que me acompañan mis hijos. Con no mirar mis deudas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dinero.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es el dinero lo que más me inquieta. Es la falta de tal lo que me irrita. Es la aparente facildad de conseguirlo y no obtenerlo lo que me deprime.</div>
<div style="text-align: justify;">
A cerca dela depresión. No tengo puta idea de lo largo que es ese brazo escamoso con garras que aprietan el corazón y podrían tomar una vida sin avisar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sé lo que se siente no ver la salida y he visto cuánto se abren los ojos de la persona a quién le confías que a veces quisieras acelerar y salir con todo y auto por el borde de algún puente. No es la solución, dicen. Vamos a bscar una alternativa, insisten. Yo te ayudo, espetan.</div>
<div style="text-align: justify;">
A lo cual pienso en forma inversa:</div>
<div style="text-align: justify;">
1. Me ayudan. Pero tal ánimo se difumina con el tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
2. Las alternativas, es decir, los negocios informales, no son mi hit. No pegan. No dejan. No sale.</div>
<div style="text-align: justify;">
3. Aparentemente sí es la solución. Si me mato simulando un accidente y en mi cuerpo no hallan alcohol ni drogas (como si tuviera para vicios) podrian darle una indemnización a mi familia. Es como si valiera más muerto que vivo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Antes había mencionado el miedo. Si no fuera tan cobarde, ya le hubiera puesto fin a todo hace tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si nada extraordinario sucede, pasarán los años y mis hijos deberán agradecer, no a mí insistencia por conseguir algo mejor, sino a mis pocos huevos por no aventarme de un puente y evitarles un futuro de mediocridad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al menos su padre estará ahí para decirles cosas como "me siento orgulloso", o "¡Seré abuelo!". Al menos estaré.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Pero qué parte de mí les acompañará?</div>
<div style="text-align: justify;">
En enero murió un gran pedazo de Adrián.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se llevó mi confianza en la gente y mi capacidad de hallar belleza en lo simple.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dejó un residuo de inseguridades y temores. Mismos que levantan la mano cada vez que me hallo solo. Y solo me he sentido desde entonces.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dos razones para escribir esto desde un rincón:</div>
<div style="text-align: justify;">
1. Aquí estoy a salvó. Nadie me lee. Pero debo externarlo. Debo leer esto a diario y convencerme que soy un espectro entre mortales. Y, aún si alguien lo leyera, puedo desestimarlo fácilmente diciendo que estaba tomado o algo parecido. Sirve que disculpa mi horrenda sintaxis.</div>
<div style="text-align: justify;">
2. Ya no quiero decirle a nadie en persona que no estoy bien. Solo puedo imaginar el fastidio que representa para cualquiera el tener que fumarse los problemas de otro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Estoy a salvo: carezco de valor.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-18867541671471273082018-09-20T13:59:00.001-05:002018-09-28T10:22:14.738-05:00Me llevé el frío<div style="text-align: right;">
<i>Algún día escucharemos los murmullos del viento y todo tendrá sentido.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Pronto tendremos nociones de que, arriba de nosotros, ocurren discusiones que nos son ajenas y al fin entenderemos el por qué de las cosas.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLg1tedrvzML4Yi0dF8mkVFYIFSI5I2Oelpi3mvXA0NUFAvlkBKjgWx-TrcrxwIxRZ4jwRhDUv7Ly5ZvgnVimDZTgrpBLqOQr9pUJmSN-ktcgRpkthAw0kNQFY18429CWx34DSDDI3psMK/s1600/42256276_316252689183706_8246094929214832640_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1143" data-original-width="1600" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLg1tedrvzML4Yi0dF8mkVFYIFSI5I2Oelpi3mvXA0NUFAvlkBKjgWx-TrcrxwIxRZ4jwRhDUv7Ly5ZvgnVimDZTgrpBLqOQr9pUJmSN-ktcgRpkthAw0kNQFY18429CWx34DSDDI3psMK/s320/42256276_316252689183706_8246094929214832640_n.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-size: x-small;">Lindavista, 4-02-2016</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Podemos suponer por qué Frío parecía siempre estar triste sin lugar aparente a dónde ir. Cuando se juntaban para platicar, Calor y Lluvia se burlaban de él pues siempre le veían solo. Nunca se detuvieron a pensar cómo era: ¿Qué se sentía ser el Frío?</div>
<div style="text-align: justify;">
Durante su charla, sucedió que Calor expresó su molestia cada vez que veía cómo cambiaba el comportamiento de la gente cuando Frío llegaba. ¡Siempre parece que todos pierden el buen humor y se vuelven muy callados sin hacer gran cosa! Pues, a saber, cuando Calor está presente, los niños salen a jugar a que son piratas; corren como caballos y brincan como canguros. ¡Todos son felices cuando Calor está aquí! Pero, si llega Frío, los niños se cubren con sus abrigos y vuelven a sus casas.</div>
<div style="text-align: justify;">
"¡Frío nos arruina la felicidad!" <i>-gritó Calor dirigiéndose a Lluvia</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
"Algo muy parecido me pasa a mí" <i>-le dijo Lluvia mirándole en complicidad-</i> a veces, cuando tú estás muy cansado y los niños también se están agotando, me gusta venir y refrescarlos con un chubasco. Así seguirán jugando sin perder energías y ahora, los piratas pueden navegar sobre los enormes charcos donde también, quienes corren como caballos y saltan como canguros, pueden ir a disfrutar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El gran inconveniente es que, casi siempre que vengo, Frío está junto a mí. Yo no lo invito y suele quedarse aún después de que me voy. Quisiera que tú, Calor, regresaras para que los niños siguieran jugando. Parece que no se llevan muy bien. Una vez, <i>Noche </i>me platicó que Frío también aparece con ella y siempre se queda unos momentos a pesar de que <i>Día </i>ya apareció. Frío siempre quiere estar en todos lados cuando nadie le ha pedido que venga. ¡Es como si sólo le gustara molestarnos!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tanto tiempo estuvieron platicando Calor y Lluvia que apareció <i>Noche </i>acercándose para enterarse de las nuevas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué pasa aquí, amigos? Parece que los encuentro muy entusiasmados -dijo con esa voz que adormece.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Platicamos de lo molesto que es Frío y cuánto nos evita las diversiones - Calor y Lluvia al unísono.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Ah, sí? Pero, ¿es que nunca han hablado con él? -un poco desconcertada-. Él piensa que ustedes son sus grandes amigos. Todo el tiempo me dice cuánto les aprecia y que siempre se queda solo cuidando que la gente no se olvide de ustedes.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué no se olviden de nosotros? -asombrados Calor y Lluvia a un tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí -continuó <i>Noche</i>- una vez, Frío me confió que por ello se presenta sin avisar. Según él, cuando hace mucho, mucho frío, todos te extrañan, Calor. Los niños que jugaban a ser piratas se ponen sus abrigos y corren a casa para abrazar a sus madres, reencontrándose con el calor que habían olvidado buscando tesoros o cabalgando y brincando. De la misma forma, cuando Lluvia se va y los niños se quedan temblando, rápido se secan para no enfermarse. Frío así evita que olviden cuidarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
Calor y Lluvia se sintieron muy mal por haber pensado mal de Frío. Así que decidieron esperarlo juntos para demostrarles su amistad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Poco después, cuando Frío llegó con la señal de la penumbra, se alegró de ver a todos reunidos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Calor y Lluvia confesaron que no sabían lo que <i>Noche </i>les había confiado momentos antes y se disculparon por su comportamiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
Frío les dijo que muchas veces los veía jugar y, cuando todos se iban, también notaba que los niños seguían haciendo exploraciones; aunque ya no como piratas, pero sí como esquimales; no corrían como caballos, pero aullaban como lobos y no brincaban como canguros, pero lo hacían como liebres.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esto puso muy felices a todos y acordaron nunca pensar mal de nadie si no lo conocen bien. Ahora que todos se reúnen a platicar de vez en cuando. Es por eso que hay noches en las que hace mucho calor y días que amanecen lloviendo. A veces hay lluvia bochornosa y, entre los rayos del Sol, se presenta el amigo que todos quieren pero muy rara vez nos visita.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Sabes de qué amigo hablamos?</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-50397124593263300052018-09-19T20:41:00.002-05:002018-09-19T20:50:58.558-05:00Todos hace un año<div style="text-align: justify;">
¿De dónde viene su inspiración?</div>
<div style="text-align: justify;">
La mía, por lo pronto, me esquiva.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hace un año, guardando respeto a las personas que me confiaron sus anécdotas, no escribí nada al respecto. Me refiero, por su puesto, a las experiencias que recogí del sismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
En ese entonces, como ahora, me vi incapacitado para escribir cualquier cosa. Es decir, <i>estas</i> palabras no cuentan. Lo que a mi me interesa es escribir relatos. Relatos originales sin importar su extensión. Supuse que escuchar las perspectivas de mis contemporáneos me daría algo de combustible para iniciar la empresa. Pero lo que hallé fue dolor disfrazado de una incredulidad ante los hechos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
No recuerdo nada del terremoto que afectó la ciudad de México en septiembre del '85. Tenía apenas dos años cumplidos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Vivíamos en la colonia Nueva Santa María y las memorias de mis padres me resultaban tan ajenas como cualquier otra hallada en extractos de periódicos de la época.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esta vez todo fue diferente: Si bien no me encontraba en un lugar que sufriera grandes afectaciones (sin mencionar el edificio de Lindavista que colapsó unos 500 metros de donde me hallaba) sí recibí el golpe de realidad; la sacudida inicial; el frenesí derivado de la ignorancia <i>-el simulacro apenas dos horas antes, no fue tomado en serio por muchos-</i> el regreso a mi concentración; correr, los niños, las llaves del coche; ¿dónde me estacioné?; ¡Fuga de gas!; corre, luego tratas de llamar por teléfono; ¡LOS NIÑOS!</div>
<div style="text-align: justify;">
Esta sacudida <i>-física y mental-</i> me ayudó a poner las cosas en perspectiva. <span style="color: #999999;">Un par de meses después ocurriría la ruptura familia</span><span style="background-color: white; color: #999999;">r.</span> Pero en ese momento, todo era unión.</div>
<div style="text-align: justify;">
Supuse que, como en el pasado sucedió con otros aspirantes a escritores, yo podría ser cronista de los hechos. Que lo sucedido no quedara simplemente opacado por el velo que el tiempo le pone encima.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no tuve el temple necesario. El dolor de otros me llegó profundamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cómo siquiera pensar en utilizar esa información para darle un empujón a mi añejo <i>bloqueo de escritor</i>?</div>
<div style="text-align: justify;">
Además, al deformarlo todo en una ficción plagada de licencias literarias (o sea, mentiras) no sólo insultaría lo que me habían confiado; sino que me convertiría de facto en un buitre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si a caso he de realizar una historia distorsionada por este filtro, que se trate de la mía.</div>
<div style="text-align: justify;">
Intentaré mañana nuevamente para retarme una vez más a escribir un cuento en diez minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bien. Si por azar llegara a ser conocido en el futuro, ese sería uno de mis secretos: escribir una historia en diez minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo anterior no quiere decir que sea yo tan excelso en técnica, que apenas se consuma el tiempo, haya elaborado un relato en toda forma. Es la idea la que me interesa. Si en ese breve lapso consigo plantar la semilla; reparar la redacción y darle forma de la misma manera en que se cuida a uno de esos arbolitos minuatura (¿vieron Karate Kid 3?) es la parte sencilla.</div>
<div style="text-align: justify;">
Vuelvo mañana.</div>
<div style="text-align: justify;">
(No. Aún no estoy revisando mi redacción. Así que, sí, puede haber errores.)</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-23288829507847575802018-09-16T21:15:00.000-05:002018-09-16T21:15:07.100-05:00¿Desea iniciar Windows de manera normal?<div style="text-align: justify;">
<i>¿Recuerdan eso? Ese mensaje en la pantalla al encender el equipo después de que una falla o desconexión inesperada lo apagara.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>En mi lugar de trabajo, a pesar de lo frágil que es el sistema eléctrico y la cantidad de veces que sucumbe ante cualquier cambio de voltaje, no se ha invertido en reguladores para la mayoría de las computadoras.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Cada vez que veo esa pregunta me boto de risa. </i><i>Primero por que, debido a lo simple que soy, imagino a la computadora haciéndome la pregunta: Literalmente, le otorgo voz y un par de ojos suspicaces formulándome la retórica interrogante. ¿Una compu con tal nivel de ironía? Es divertido.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quién diablos no va a querer reiniciar normalmente, ¿cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
Bueno. Yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sé que algunos de ustedes sepan que mi condición actual es... difícil de comentar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Supongo que nos interesa mucho la opinión de otras personas, a pesar de que neguemos infinitas veces que es algo a considerar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Personalmente, creo que he evitado el acercamiento de personas que pudieran ayudarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo hago ahora. Relataré con intenciones de ser breve:</div>
<div style="text-align: justify;">
Estoy divorciado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Estuve casado durante ocho años y, en ese tiempo, tuve dos hijos.</div>
<div style="text-align: justify;">
La razón que llevó a mi ex pareja a tomar la decisión de no querer estar conmigo, me es ajena. Tengo una vaga idea, pero decidí evitarme ulteriores molestias y no estar con alguien que no quiso estar conmigo, a pesar no haber agotado todos los recursos que el apoyo familiar y hasta profesional ofrecían.</div>
<div style="text-align: justify;">
Probablemente me acerqué muy tarde a solicitar ayuda.</div>
<div style="text-align: justify;">
Han pasado nueve meses desde entonces. Cinco meses desde que puse mi firma en el papel que terminó la sociedad conyugal. Un trozo de papel legalizado por garabatos y sellos, ¿cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo dicho documento dejaba claras las reglas del juego respecto al modo en que se repartirían los tiempos con los niños. Desagradable tema. Lo sé.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bien. En este tiempo he intentado retomar actividades que por mucho tiempo quedaron pendientes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me estoy procurando nuevas experiencias y entregando la mejor versión de mi que pueda ofrecer a mis hijos. Son pequeños y están en plena asimilación de la situación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tomen una pausa de la lectura para pensar un instante si a caso tuvieron la sospecha de que algo extraño estaba sucediendo conmigo. Dense una palmada en la espalda: tienen buen instinto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora se preguntarán por qué no lo externé tal cual y pedí ayuda. Bueno, eso es cosa mía.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no he luchado solo. Mi familia y amigos más cercanos han estado conmigo desde que todo este trace empezó. Insisto en llamarlo "trance", por que quiero convencerme de que es una de tantas etapas que simplemente agotará su ciclo y podré al fin dedicarme a tantas otras cosas sin limitaciones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Voy a utilizar este espacio por un tiempo para asegurarme que no voy perdiendo salud mental.</div>
<div style="text-align: justify;">
Actualmente, siento estar mostrando una faceta que puede no ser la más sincera y, considerando seriamente tomar terapia para no seguir contaminando a las personas que me quieren y han prestado sus oídos, pido que me disculpen.</div>
<div style="text-align: justify;">
No me han visto en realidad: A sabiendas de mis limitaciones sociales, he hecho un esfuerzo gigantesco para no quebrarme en todo momento. Uno de tantos alicientes es advertirme constantemente que hay personas enfrentando verdaderos problemas. Personas que conozco. Y que no soy nada especial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por ello intento ayudar en la medida de mis posibilidades. Ayudar a otros, para mi, es terapéutico. Algunos de ustedes saben que soy donador de sangre voluntario. Quiere decir que en un par de hospitales me tienen registrado y cada determinado tiempo me llaman para saber si estoy dispuesto. Nunca digo que no y, para el registro, nunca he sido rechazado. A excepción de una vez en que no pude auxiliar al hermano de una querida amiga por el tiempo que no logré hacerme. Eventualmente le pedí perdón y su hermano se recuperó. Pero siempre tuve esa espina. A la fecha me sigue incomodando. Y esa es una de las formas más representativas en que puedo pensar sobre cómo ayudo a otros.</div>
<div style="text-align: justify;">
En término generales pienso que mientras no le estorbe a la gente, ayudo bastante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Estoy escribiendo esto con pocas intenciones de repasar mi redacción. Omitan los fallos más evidentes, como palabras repetidas o ideas sin concluir.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recientemente hice algo que me hizo sentir muy expuesto. Lo he comentado con un par de personas y sus perspectivas me han ayudado a no darle máxima importancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
No todo son malas noticias, claro. Gozo de buena salud y mis cercanos también. Los niños demuestran gran ánimo cuando están conmigo y pretendo hacer tanto con ellos en el tiempo que compartimos. Es impresionante lo rápido que pasa el tiempo en las personas cuando dejamos de frecuentarlas a diario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me gustaría saber qué opinión guardan sobre la terapia. Creo que he dejado pasar demasiado tiempo y simplemente debería hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Espero que comprendan por qué no había dicho nada de esto antes y que me den la oportunidad de mejorar como persona. Es posible que alguno de ustedes sepa exactamente por qué estoy atravesando. Su consejo me interesa mucho. Tienen mi teléfono y, si no, tienen cómo contactarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez incluso ustedes estén pasando por un momento complicado. Tal vez pueda ayudar.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-62055459589471516832018-03-26T15:21:00.000-06:002018-03-27T19:08:41.101-06:00Inicio: Óscar y Ella.<div style="text-align: justify;">
<i>Las siguientes lineas se componen de extractos de mi vaga memoria a corto plazo. Son las piezas que conforman un sueño reciente. Conocido es el sentimiento de vacuidad que tenemos al despertar: una mezcla de alegría y desesperanza por lo sucedido y la inevitable pérdida de todo recuerdo al respecto.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Siempre me ha intrigado sobremanera la poca capacidad que tenemos para aferrarnos a esas experiencias. Nuestra memoria no se toma molestia alguna en dejar pasar el instante fugaz y enviarlo al olvido. </i><i>Nuestro ser halla en los sueños libertad a todas las represiones que el estar despierto conlleva.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Dicho lo anterior, tómenlo como disculpa por lo complicado que pueda ser la lectura. Mi recomendación es, si no les complace, no la terminen. Pero quiero dejar constancia del ejercicio mayúsculo que me representa amalgamar tantas ideas dispersas en un relato llevadero. Omitiré, en lo posible, los saltos temporales y geográficos que en sueños nos parecen tan normales al tiempo que modifico los nombres de los involucrados. Pero si usted se siente aludido, es por que inconscientemente he dejado pistas para que sepan quienes son y de qué manera me han ayudado.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b>I.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En muchas ocasiones, desde que estamos juntos, guardaba la idea de que algo no estaba en su sitio. Siempre refiriéndome a ella y hoy no es la excepción: llevamos apenas veinte minutos en la fiesta y mi acompañante ha pasado más tiempo mirando su teléfono que saludando a viejos amigos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Para ser justos, se trata de viejos amigos míos. Aquellos que conocí y con quienes forjé lazos mucho antes de salir con ella y que todo se fuera al carajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Inevitablemente nuestra insistencia por vivir en pareja nos lleva al punto de compartir nuestro mundo. Inclusive si ello merece la incorporación de amistades de otros tiempos; cuando fuimos considerados como los que nunca se casarán o el que jamás tendría hijos. El choque es duro en ambos extremos de nuestras vidas; por un lado queremos mantener lo que fuimos y, por el otro (más inmediato), buscamos ser transparentes para lograr aceptación. Al final quedamos atrapados entre la persona que éramos y la que aspiramos ser. Justo en este punto me hallaba en medio de una fiesta convidada por un compañero de lejanas glorias.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esa noche Óscar estaba en la puerta. Lleva un rato ahí parado esperando a no sé quién con esa pose de "esta es mi casa y si quieres entrar es por que vienes a echar desmadre, pero no seas ojete y tira el papel de baño en el bote". Lo conozco hace mucho tiempo y me molesta que no hayamos convivido más teniendo gustos tan afines. Tiene ese timbre de voz y forma de decir las cosas que semeja decirte <i>pendejo </i>todo el tiempo sin hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi compañera, a quien privaré de nombre propio durante el relato, pasaba el tiempo casi acosada en un sillón riéndose con quienquiera que estuviera del otro lado de su teléfono. Una actitud que le acompaña siempre que está fastidiada. No podía evitar mirarla sin el desprecio acentuado por su pésima actitud. Sus pies, aunque cortos, estorbaban el paso a quienes buscaban una ruta a la cocina por más cerveza y en repetidas ocasiones mostraba disgusto por todo el que le importunaba. La fiesta le rechazaba como acto reflejo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde el puesto de guardia, Óscar me hizo señas como para que viera quién estaba por llegar. Un estruendoso ¡Hola, Óscar! hizo respingar a quien llevara ya una hora acostada pegada al celular estorbando a medio mundo: ¡No mames que es <i>Ella</i>! -dijo mientras se le notaba aún más incómoda con la presencia de una ex-.</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Ella </i>(nombre propio, no pronombre) apareció en el umbral al tiempo que efusiva se lanzaba a los brazos de Óscar. Después de confiarle algo al oído, ambos voltearon a verme y me dirigieron sonrisas que se acercaron hasta quedar junto a mi. Dejaron un balde con cervezas y hielos en la mesa de centro advirtiendo que no me levantara hasta que se terminaran o nos pusiéramos al corriente. Lo que pasara primero.</div>
<div style="text-align: justify;">
Una cerveza fue extendida a mi compañera por la mano de Óscar, misma que fue recibida con una mueca. El gesto de mi amigo, afable saludo sin respuesta, incitó en <i>Ella </i>dos comentarios en dirección a quien estaba medio acostada y medio estorbando: apoyándose en mi hombro y empujándome al frete para tener a Óscar a la vista, le recomendó no insistir y, que si mi acompañante estaba incómoda, era su pedo.</div>
<div style="text-align: justify;">
La cerveza que le fue ofrecida regresó sin líquido al centro de mesa. Aquella con quien llegué se la bebió de un trago para luego irse al patio iluminando su cara con el resplandor de su inseparable teléfono.</div>
<div style="text-align: justify;">
Quedamos en el sillón <i>Ella</i>, Óscar y yo con el reto de verle fin al balde de cervezas menos una botella.</div>
<div style="text-align: justify;">
No quise llevar la plática al terreno de las explicaciones y disculpar el comportamiento la ofendida. Ninguno de ellos lo permitió, así que nos concentramos en nuestros pormenores. Teníamos la esperanza de que más personas se sumaran a la charla conforme la noche avanzaba. Basta saber que yo estaba más que complacido con su compañía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es en este punto cuando me doy cuenta que estoy dentro de un sueño. Adquirir consciencia de ello es inexplicable pues las pistas están siempre presentes y nunca son sutiles; a veces el cielo es de color verde o tenemos la capacidad de comunicarnos con los animales o volamos. Siempre incapaces de tomar acciones por estar sujetos a reglas no dichas. En este particular, Óscar y <i>Ella </i>no se conocen y su confiada camaradería, aunque probable, nunca ha sucedido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Le dije a <i>Ella </i>que estaba soñando y no había otra explicación.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me observó por largo tiempo y me dijo que mirara detrás de mi. Al hacerlo vi a mi compañera semi acostada en el sillón donde estaba hace unos segundos, justo en la pose que mantenía cuando Óscar custodiaba la puerta.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si estuvieras en un sueño, dijo, ¿qué te gustaría hacer?</div>
<div style="text-align: justify;">
Entender qué está pasando. No me interesa ya componer las cosas. Sólo quiero dejar de preguntármelo todo el tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi interlocutora, posando la mano en mi pierna apoyada en la mesa de centro, dirigió unas palabras a quien yacía acostada: "Tienen que venir con nosotros a Veracruz".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b>II.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me encontré al borde de una cama en una recámara donde nunca había estado. Las ventanas sin cortinas me permitían ver la totalidad de un patio interior donde la mujer con quien llegué la noche anterior y otras personas parecían estar pasando un buen rato. Era aproximadamente medio día. El sentimiento de recién haber despertado me sugería que había abusado del alcohol toda la noche y la insoportable humedad hizo que me preguntara por un momento si en realidad me encontraba ya en la ciudad porteña.</div>
<div style="text-align: justify;">
A la puerta apareció el último rostro que recordaba de la extinta fiesta. Le acompañaba ese hálito de mujer bella inalcanzable y, con un movimiento que más semejó descender de una nube, tomó asiento a mi lado. Dice ya no fumar pues ha reemplazado ese vicio por la comida, pero no vaciló en aceptar el fuego que ofrecí con el brazo extendido sin mirarle: Un movimiento que he visto en tantas películas clásicas y que siempre me pareció de mucha clase. Con las primeras bocanadas me dio la bienvenida al nuevo día advirtiéndome ser prudente con lo que estaba mirando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Anoche no viste cuando llegaron los otros, me dijo. La bruma en mi cabeza no daba oportunidad para recapitular. Así que la dejé hablar. Encendí un cigarro y le miré arqueando las cejas.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Trajo a sus amigos, ¿sabes?</div>
<div style="text-align: justify;">
Con razón no conseguía ponerle nombre a los rostros en el patio.</div>
<div style="text-align: justify;">
No deberías verla desde aquí, exclamó <i>Ella </i>-ahora acostada en la cama arrojando aros de humo-. No le des el gusto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es fácil fascinarse por los problemas de otras parejas. Todos creemos tener la solución y entregamos todos los consejos que nunca aplicamos. Sé que yo lo he hecho y por eso debo estar vacunado a las opiniones de los demás. No por que no me importe. Sino por que he visto a gente muy querida sucumbir a las peores humillaciones con tal de mantener el estatus a pesar de las advertencias.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora es tiempo para que otros rían. Pero nadie lo hace.</div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdas que estamos en un sueño, ¿cierto? ¿Por qué no despiertas y ya? -dijo-.</div>
<div style="text-align: justify;">
No. Afuera la cosa es peor: allá aún no entiendo y sé que de alguna manera tendré que sanar desde aquí.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ofreció contarme lo sucedido la noche anterior.</div>
<div style="text-align: justify;">
Encendí otro cigarro: Soy todo oídos.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-79419432895282643482018-03-18T13:14:00.001-06:002018-03-18T13:23:55.481-06:00Ayuda, pidió la puta.<div style="text-align: justify;">
<i>De pronto había una puta parada a mitad de la sala.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sábado empezó un poco más tarde que de costumbre. Aproveché la oportunidad para dormir más y compensar el sueño que me debo desde hace una semana: malas decisiones acompañadas de peor suerte me han arrojado al declive de moralidad y deterioro físico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>¿Pero qué chingados hacía una puta a mitad de la sala a las siete de la mañana del domingo?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi situación actual, si bien no es secreta, tampoco ha sido debidamente ventilada. Baste por ahora decir que tengo más tiempo en mis manos para disponer como mejor me venga en gana. Cosa errada de facto. Ni el tiempo nos pertenece, ni las excusas serán suficientes para castigarnos. Así sea en un nivel de inconsciencia sólo iluminado por el número de crudas que llevo curándome los últimos tres meses.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Sus ojos inyectados reflejaban el miedo que inundó la habitación como un suspiro. Por un momento nadie supo cómo actuar.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cuanto el sol cayó, Pepe y yo fuimos a hacer las diligencias necesarias para que nada hiciera falta, por lo menos, durante el primer tercio de la reunión.</div>
<div style="text-align: justify;">
Uno nunca sabe cómo van a terminar las cosas; quién quedará enemistado con quién -si se derramará o no sangre-, o cuántas nuevas amistades emergerán del humo y el mal aliento.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy un firme creyente del estoicismo como forma de socializar. No me aseguro glorias y me limito a responder lo que se me cuestione.</div>
<div style="text-align: justify;">
Poco a poco se fueron sumando adeptos al largo tablón de madera dispuesto a mitad del patio. Viandas, alcohol y tabaco cual si de un festín para personas más ilustres se hubiere dispuesto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pasaron las horas con sus sinsabores y altibajos. Insultos como manera más honesta de aceptación; llanto provocado quién sabe por qué musa de la desgracia. Ustedes conocen mejor que nadie la pintura que va adquiriendo forma a manera que avanza la noche. La mañana.</div>
<div style="text-align: justify;">
No es raro que en esta casa yo me quede al final. No por terca resistencia. Sino por que hace mucho tiempo aprendí a mesurar mis malas decisiones y que éstas no sean mayores a las inmediatamente tomadas. Yo no conduzco ebrio. Si tengo la oportunidad, me apropio un rincón de la sala y cierro los ojos esperando que cuando los abra todos se hayan ido y me quede solo para cargar mi cruz.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero cuando los abrí había una puta parada frente a mi.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A las siete de la mañana, certeros golpes en la puerta principal me espantaron el sueño.Meta que no conseguí del todo en las casi dos horas que llevaba acostado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Desde mi perspectiva, me bastó girar un poco la cabeza para entrever un vestido floreado y una cabellera rojiza a través de las cortinas de la ventana. El sonido de sandalias atravesando la sala me puso un poco en alerta: no es la primera vez que era despertado por algún familiar de mi anfitrión que iba a ver cómo amanecimos. Entre tinieblas distinguí una sombra que atravesó el umbral dando tumbos y se colocó a dos pasos de mi. Toda la bruma desapareció cuando tres gritos recorrieron mi espina: ¡Quién eres!, ¡Qué haces aquí!, ¡Qué quieres!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una pinche puta con un vestido floreado entallado hasta los huesos y una cabellera más anaranjada que rojiza destrozada por la noche que de algún modo le arrojó este sitio: la sala que yo había hecho mi refugio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me puse de pie diciéndole que no la conozco. Sus ojos recorrían las paredes y se deslizaban al piso de madera donde, una vez contado tres pares de pies más que los suyos, los elevó a la altura de mi pecho. "Ayuda" -balbuceó- acartonada la piel y desprendiendo pánico por cada poro. Con más miedo y asco que determinación, le puse la mano en el hombro para mostrarle la salida. Pepe salió de su cuarto hecho un signo de interrogación y a empujones la sacó al patio. Aquella figura no sabía dónde estaba; tenía la marca de la muerte encima y por un segundo nos habrá confundido esta casa con el purgatorio. En tres segundos estuvo otra vez en la calle. Cruzando miradas, Pepe y yo nos reclamamos qué chingados. No hubo espacio para buscar al buen católico en nosotros. Los tiempos no están para tender la mano cuando a duras penas podemos mantenernos en pie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de eso no intenté dormir otra vez. El patio parecía un sitio en abandono decadente y decidí que lo mejor a esa hora sería empezar a recoger los escombros de una noche que me escaparía a la memoria si no fuera por el miedo que aún sentía. Principalmente quería estar visible para que aquella invasora no se atreviera a cruzar la puerta otra vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el largo tablón de madera donde pocas horas antes hubo una veintena de amigos animados a arreglar el mundo, aún quedaban cervezas sin destapar; cigarros a medio apagar y la estela de la derrota.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No me fui del lugar sino hasta que el sitio tuvo mejor pinta. Con dos tazas de café encima, huí del refugio improvisado para guardarme en rincones conocidos más seguros.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-62631835217489991952016-11-26T10:56:00.001-06:002018-03-18T12:34:25.181-06:00¿Por qué Gabriel?<div style="text-align: justify;">
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</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
He cargado ¡Canta, herida! en la mochila desde que me lo
obsequiaron en mi cumpleaños. De eso hace dos meses ya y, desde que lo terminé
(unas tres horas después) lo saco a diario para leer exclusivamente la última
frase del segundo cuento. Es tan maravillosa que no dudaría en tatuármela. Si
los tatuajes fueran lo mío.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-¿Por qué a Gabriel?- Me pregunto de inmediato cuando me
solicitan alguna recomendación de lectura: en automático lo suelto como si
fuera yo un experto. No lo soy. Creo que lo que a sus lectores nos sucede es
que lo sentimos inmediato. Como si fuera un viejo amigo más de la cuadra en la
que crecimos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Utilizando ese recurso, me es más sencillo explicarlo:
Verán. Cuando añoramos a los compañeros de la infancia difícilmente atinamos
sus apellidos. A menos, claro, que coincidentemente fueran compañeros de la
escuela. Pero, hacia quienes descubrieron la calle con nosotros sólo destinamos
o el apodo, o la habilidad que le distinguía; ya fuera el mejor con el balón en
los pies o el que con mayor agilidad sorteaba los tubos de drenaje expuestos en
el baldío en aquel juego secreto de la muerte que desaparecía apenas se
enteraba alguno de los padres y mandaba clausurar el paso. Ahí está Gabriel. La
suya no es una habilidad recién descubierta. Él es escritor de toda la vida y
nosotros apenas lo hallamos. En mi caso, lo encontré hace unos diez años ya,
cuando era un reconocido blogger. Desde entonces he confirmado con amigos que
indirectamente han sido atraídos por él (específicamente en el taller que
impartía hace un par de años) las cualidades de un personaje distinto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Nota intermedia: Pijamas de madera es el mejor cuento del
conjunto, para mí. Es fantasía y realidad encontradas en una horrenda
actualidad urbana.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Así explico mi proclividad a recomendarlo aún habiéndome
perdido sus escritos de Demonio perfecto (no lo hallo en ningún lado). He caído
en otros de sus cuentos compartidos en el mundo virtual. En inserciones en
revistas y periódicos. Un día, incluso, leyendo la parte trasera de un diario
en manos de la persona que bebía café frente a mí, distinguí el estilo e,
interrumpiendo la lectura del dueño del papel, le pregunté si era Gabriel el
autor del cuento (que no distinguía por el doblez del papel) –Sí- respondió a
secas y ambos nos sumergimos de nuevo en el silencio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Incluso en esos desayunos incómodos aparece Gabriel. Una
vez le dije que le bajara de huevos a su desmadre, que ya me salía hasta en la
sopa. Fue justo ese día.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Último interludio: Lunarejo y Nuestros tatuajes están
envejeciendo, me parecen los escritos más débiles. El primero, por lo complicado
que fue ubicar el contexto aún cuando se dejaban párrafos en el camino y, el
segundo, porque no sabes escribir como niña.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y aquí concluyo. Si algo ha sabido hacer este escritor, es
ser contemporáneo. Existen ganadores de premios a raudales que son
inalcanzables. Pero él consigue intimidad con sus lectores; les responde los
comentarios, los <i>pendejea</i>, le dice que no vean películas de tal director (¡madre
mía, le gusta Woody Allen con todo y sus escándalos!), nos sigue en redes
sociales. Conoce el impacto que entrega y, encima de todo, es humilde el muy
chingón.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sea o no tu cumpleaños (hayas o no quemado ese boleto de
Radiohead) Felicidades, wei.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>PD: Hace un mes, la encargada de la biblioteca en mi escuela me invitó a crear un círculo de lectura. Anexo a la invitación, solicitaban que entregara una lista de libros que me gustaría encargar. Probablemente la ESIA Zacatenco tenga en sus anaqueles tu libro de cuentos más reciente junto a unos Moby dicks. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para los má curiosos: <a href="http://no-estoy.blogspot.mx/" target="_blank">este es su blog</a>.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pueden comprar su más reciente libro <a href="https://www.kichink.com/buy/1157863/tabaquerialibros/canta-herida-gabriel-rodriguez-liceaga-paraiso-perdido" target="_blank">haciendo clic aquí</a>. </div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-44293360564456649852016-09-17T16:17:00.000-05:002018-08-23T12:21:57.099-05:00Cómo mejorar "Ready player One".<div style="text-align: justify;">
Estoy listo para hacer una mejora considerable al casting que se ha elegido para la versión cinematográfica de "<i>Ready Player One</i>". Trataré de no revelar nada de la trama pero, por lo que se deja ver hasta ahora, parece que le quedarán muchísimo a deber a la historia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Protagonistas:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: large;">James Donovan Halliday</span></b>. Multimillonario en el otoño de su vida. Su mayor logro consiste en la invención de la última consola de videojuegos que jamás se necesitará: un sistema de inmersión de realidad virtual tan poderoso que consigue borrar la linea entre la realidad y los algoritmos programados frente a los ojos de los usuarios. Dentro de este sistema, una generación completa de la humanidad se ha desarrollado; conceptos intangibles como la educación o el comercio han cambiado para siempre.</div>
<div style="text-align: justify;">
El casting llamó a <b>Mark Rylace </b><i>(izquierda)</i>. Lo detesto. Creo que con "Puente de espías" consiguió el premio de la academia para el que menos esfuerzo se ha puesto en toda la historia y su llamado obedece más a la deuda que tiene con S. Spielberg por haberle dado papel secundario en la película mencionada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo propondría un tipo que, con 61 años (para el momento en que la película saliera al mundo) imprimiría no sólo una mejor actuación, sino que no necesitaría vendernos la idea del "genio loco" que el papel necesita: <b>Steve Buscemi </b><i>(derecha)</i>.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO1r3f86uxon_ZQl16IGzYZ6ciSMA08-noUkfmWCH304AfQDiwURsW16KUKwhFV5UhjEvbBIFa0lQPeikEsSQMjZJIKGyrXcmT7Jgm1nt2v5BAPgB8IsedclKX_L5GSw7-BpXDMgS0JwSI/s1600/Mark+Rylance.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO1r3f86uxon_ZQl16IGzYZ6ciSMA08-noUkfmWCH304AfQDiwURsW16KUKwhFV5UhjEvbBIFa0lQPeikEsSQMjZJIKGyrXcmT7Jgm1nt2v5BAPgB8IsedclKX_L5GSw7-BpXDMgS0JwSI/s1600/Mark+Rylance.jpg" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgalHFnqnhl6vcd6eSUWsTwhcvIwxYpCB863kv29YkccG6RGjvFyiplfYw1V1DTD2_iLTM5Z2zABoWVVn9tPF5C-r_UwHiamg5IKvfu_Z21KERkkF-Vrm5ukEgECnZs3Z8_L9uOUTVriqdx/s1600/Steve+Buscemi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgalHFnqnhl6vcd6eSUWsTwhcvIwxYpCB863kv29YkccG6RGjvFyiplfYw1V1DTD2_iLTM5Z2zABoWVVn9tPF5C-r_UwHiamg5IKvfu_Z21KERkkF-Vrm5ukEgECnZs3Z8_L9uOUTVriqdx/s1600/Steve+Buscemi.jpg" /></a></div>
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<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
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<b><span style="font-size: large;">Ogden "Og" Morrow</span></b>. Es el co-creador del sistema virtual. El complemento de Halliday. El libro los muestra como una versión de Lennon/McCartney o Jobs/Wozniak para el mundo de los videojuegos.</div>
<div style="text-align: justify;">
El casting señala a <b>Simon Pegg </b><i>(izquierda)</i>. Nada contra él. En realidad, es gracias a su participación que las nuevas películas de Star Trek no son un fiasco total.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero me gustaría, considerando la personalidad de Buscemi, a un actor más entrañable. ¿Y quién es más opuesto a Buscemi que <b>Bill Murray </b><i>(derecha)</i>? Sería la opción correcta.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlTKqNAPxHx5-c8Oxp_OIFS59WdeIifHp-Sy-Ur5CV2C40zNiy-0-6G2BcbrR2KTlTWI-tVrwRKEemSVmbzQdbR-uQIUVMX9raLxuvtkbjlAXwCkyliW2UPwA6OK6WrPxY_bjwZ-8zS7eK/s1600/Simon+Pegg.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlTKqNAPxHx5-c8Oxp_OIFS59WdeIifHp-Sy-Ur5CV2C40zNiy-0-6G2BcbrR2KTlTWI-tVrwRKEemSVmbzQdbR-uQIUVMX9raLxuvtkbjlAXwCkyliW2UPwA6OK6WrPxY_bjwZ-8zS7eK/s1600/Simon+Pegg.png" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2CweJvcbzZZCu9xgxsbiU3IUvmv8qOa1JsfFAoz-oFgCDtsCukvCk4kvtlAfthJ5kcdNFtE0y-u_xDshODE488k2mZ6bmUJ5vkoL1bDQYmBPf9SeyeFMzNbZAAHAYtkF6dW8VZnwKIP-h/s1600/Bill+Murray.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2CweJvcbzZZCu9xgxsbiU3IUvmv8qOa1JsfFAoz-oFgCDtsCukvCk4kvtlAfthJ5kcdNFtE0y-u_xDshODE488k2mZ6bmUJ5vkoL1bDQYmBPf9SeyeFMzNbZAAHAYtkF6dW8VZnwKIP-h/s1600/Bill+Murray.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
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<b><span style="font-size: large;">Wade Watts/"Parzival"</span></b>. Wade, el protagonista. El héroe. Estereotipo del nerd que tiene una trágica historia familiar. Necesariamente debe ser un niño poco agraciado y obeso. Por el contrario, su avatar, "Parzival" en el mundo virtual sí debe ser un tipo apuesto. Es necesario que se haga un casting doble para él. La producción eligió a<b> Tye sheridan</b> (...) No tengo datos para hablar de él.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dhbMiML8XoQ_i_8q0_G997ax_LkBqgGgUHWyLDCF_syXPYIpkkO_y93CkuxI_JAREBhIDhyphenhyphenWrAuTwRDWZZEM2pSF-G1Tzi9n-1rxxDrAZ_P6ZoTCQj4qM16g2frW0MSyaVtdXaHTMsQV/s1600/Tye+Sheridan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dhbMiML8XoQ_i_8q0_G997ax_LkBqgGgUHWyLDCF_syXPYIpkkO_y93CkuxI_JAREBhIDhyphenhyphenWrAuTwRDWZZEM2pSF-G1Tzi9n-1rxxDrAZ_P6ZoTCQj4qM16g2frW0MSyaVtdXaHTMsQV/s1600/Tye+Sheridan.jpg" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Propongo a <b>Riley Griffiths </b><i>(izquierda)</i>, el novel aspirante a director en la película Super 8, ¿lo recuerdan? Es rellenito, tiene la pinta del chico que siempre está comiendo doritos y lo mejor: cumple con la edad según el libro. Punto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su versión virtual podría ser el mismo Tye Sheridan, ¿pero qué les parecería <b>Kit Harrington </b><i>(derecha)</i>? ¡El mismísimo Jon Snow pateando traseros virtuales asistido con la mayor cantidad de armamento desde Neo en la escena del asalto al edificio de gobierno en Matrix! Voto por ellos.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qoDcW7dwcXs6o_3TP6SlICs5wHx6eAZUo_i9mvMU9oUM8wVKlrI7Ko_NGMi7mZr6dwlaOcd1m6s3jknUt1CiGmxFq-3i11sDaQDMcyJxoZ3OF9MXUqHerx6_pnjXZ0_y_lghHXhEdHLB/s1600/Riley+Griffiths.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qoDcW7dwcXs6o_3TP6SlICs5wHx6eAZUo_i9mvMU9oUM8wVKlrI7Ko_NGMi7mZr6dwlaOcd1m6s3jknUt1CiGmxFq-3i11sDaQDMcyJxoZ3OF9MXUqHerx6_pnjXZ0_y_lghHXhEdHLB/s1600/Riley+Griffiths.jpg" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB1eFNDL13i3_7p8uN0fq6gKZ8V1qlx3WL39MgIOqnkLsrOPXoq08U5CMNC4fdbqqkvKZL3Xa3zYVuRLEQHAnb-_gBeUnL5zinm_838i1eOcGdM1ywBRJipVFiod2Y2QnspAnRynVaciad/s1600/Kit+Harrington.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB1eFNDL13i3_7p8uN0fq6gKZ8V1qlx3WL39MgIOqnkLsrOPXoq08U5CMNC4fdbqqkvKZL3Xa3zYVuRLEQHAnb-_gBeUnL5zinm_838i1eOcGdM1ywBRJipVFiod2Y2QnspAnRynVaciad/s1600/Kit+Harrington.jpg" /></a></div>
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<b><span style="font-size: large;">"Aech"</span></b>. El mejor amigo de Wade. Al igual que él, se trata de un casting doble: versión real y virtual. Voy a elegir sólo la versión virtual por que la real sería un horrendo <i>spoiler </i>para cualquiera que no haya leído la novela, se enganche y, para su desgracia, haya leído ésto. Así que, para "Aech", escojo a <b>Josh Hartnett</b>. En el libro se trata del usuario más letal en los torneos de batalla. Nadie lo quiere enfretar por que es una estrella, una celebridad. Ha hecho de las peleas un negocio muy redituable.</div>
<div style="text-align: justify;">
¡Necesitamos a Josh de regreso con un buen papel!</div>
<div style="text-align: justify;">
El casting ni siquiera menciona al personaje. Lo cual es muy preocupante debido al peso que tiene en la trama. O tal vez no quieren hacer un gran <i>spoiler </i>como incluso yo trato de evitar.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwrpSaj829bHJxDabgVS36wN_3PDA0W0j-0EgSpqX17C57JvdX95mZLswSjXzKyjD_ZRRHI_-6toldINqj9HfjRs1x0il6zOoNuuNwDu2HOZa-MLHpWaHjgM1o4P87gWRZHyW9nw63Y1dx/s1600/Josh+Hartnett.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwrpSaj829bHJxDabgVS36wN_3PDA0W0j-0EgSpqX17C57JvdX95mZLswSjXzKyjD_ZRRHI_-6toldINqj9HfjRs1x0il6zOoNuuNwDu2HOZa-MLHpWaHjgM1o4P87gWRZHyW9nw63Y1dx/s1600/Josh+Hartnett.jpg" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: large;">"Art3mis"</span></b>. Chica de 20 años. Súperpopular en la red y una de las jugadoras top. Tiene una relevancia importantísima en la trama. Llamaron a <b>Olivia Cook </b><i>(izquierda)</i>. No la conozco. Pero leo que es inglesa. Sería un error llamar a una chica inglesa para el papel de una canadiense.</div>
<div style="text-align: justify;">
Así que mi propuesta es <b>Genevieve Buechner </b><i>(derecha)</i>. Tiene un rostro poco común y creo que encaja mejor con el personaje. A diferencia de Cook, sí es de Canadá. Sería un acierto llamar a gente de la misma nacionalidad que en la obra escrita.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdre1YC-b4hp5IiKNd0FQgEpX_NLL_kzQA7iJZp24rMZ6oWAaqgRoyI-7OdB7Lo9ZmlBYMakeAjk3a-bUaDXSuyoJU8CqB50IONCKvxKXLs45s3NF6Q8AzJL4vkDlzZ4OKfHS6IKY-5XO-/s1600/Olivia+Cook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdre1YC-b4hp5IiKNd0FQgEpX_NLL_kzQA7iJZp24rMZ6oWAaqgRoyI-7OdB7Lo9ZmlBYMakeAjk3a-bUaDXSuyoJU8CqB50IONCKvxKXLs45s3NF6Q8AzJL4vkDlzZ4OKfHS6IKY-5XO-/s1600/Olivia+Cook.jpg" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjpjy-QlprcKZWcNo12Map74o5Fv4NcnCpKKvYI_VMB44c3hjKXqhJQHmtOWLpj0KHXjfbSrGXnnU7fZZSGcbPG1HmZ8eEJS3yASPfARzsBp85QvNhmF8mhb53gn-29Pt3FJLyb0-WzKAq/s1600/Genevieve+Buechner.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjpjy-QlprcKZWcNo12Map74o5Fv4NcnCpKKvYI_VMB44c3hjKXqhJQHmtOWLpj0KHXjfbSrGXnnU7fZZSGcbPG1HmZ8eEJS3yASPfARzsBp85QvNhmF8mhb53gn-29Pt3FJLyb0-WzKAq/s1600/Genevieve+Buechner.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b><span style="font-size: large;">Nolan Sorrento/IOI-655321</span></b>. El odiado antagonista. En el libro hace cosas detestables que obligan a guardar un rencor vivo contra él y su avatar en la realidad alterna.</div>
<div style="text-align: justify;">
Creo que sería un error llamar a <b>Ben Mendelsohn </b><i>(izquierda)</i>. Si no lo ubican, tal vez lo recuerden como <i>Daggett </i>de "<i>Batman: The dark knight rises</i>" siendo borrado de la faz de la tierra por <i>Bane </i>con la gran linea:</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>-Daggett: Don't leave, I'm in charge</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>-Bane: (colocando suavemente el dorso de su mano en el hombro de Ben) "Do you feel in charge?"</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>-Daggett: I've paid you a small fortune</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>-Bane: And this gives you power over me?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Jamás volvimos a escuchar de él.</div>
<div style="text-align: justify;">
Además, es australiano. Si bien en el libro no se define la nacionalidad de Sorrento, creo que sería una puntada colocar a un freak de los videojuegos que, además, necesita un papel antagónico grande: <b>Wil Wheaton </b><i>(derecha)</i>.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxw2jFI-nwdieojbLzplrVJIFpSlN6LwJF7kRkeBgl0GltI4FN71b8O79DvTqi-VYkuLynYdWNGZX8ZUxREGTkwKDfBkC9PLUt8ryTHutfLKH-foQfpo3dKIioYcCF19rcjRXAYDCk-9gU/s1600/Ben+Mendelsohn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxw2jFI-nwdieojbLzplrVJIFpSlN6LwJF7kRkeBgl0GltI4FN71b8O79DvTqi-VYkuLynYdWNGZX8ZUxREGTkwKDfBkC9PLUt8ryTHutfLKH-foQfpo3dKIioYcCF19rcjRXAYDCk-9gU/s1600/Ben+Mendelsohn.jpg" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYfvpEPe-bUS-yqVeA1IN_odzIC-MlswXe06PY5dUWPygGcMCRRdch_KX1ra-WBdSNn_IGjlwyewM8tRXqiAs9J5ZFMywYDHh7ZaB6UgX5jle8WAMJhFZKQ4iUnGvF6MH0js6UtdrlCWp/s1600/Wil+Wheaton.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYfvpEPe-bUS-yqVeA1IN_odzIC-MlswXe06PY5dUWPygGcMCRRdch_KX1ra-WBdSNn_IGjlwyewM8tRXqiAs9J5ZFMywYDHh7ZaB6UgX5jle8WAMJhFZKQ4iUnGvF6MH0js6UtdrlCWp/s1600/Wil+Wheaton.jpg" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La historia lo ubica como un genio en programación apenas un poco mayor que Wade. Nolan Sorrento es la cabeza visible de una corporación fascista que busca el control de la realidad virtual. Wil haría un gran papel. Sería un lindo detalle pues incluso es mencionado en la misma novela como presidente de los derechos de los usuarios. ¡Y es reelecto!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahí está, pues, mi propuesta.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ojalá me equivoque y el casting haga un digno papel. Todavía hay un problema del que no me animaría a escribir por temor a arruinar la trama. Pero, solo diré que, para los alcances de la imaginación, no hay superproducción que baste.</div>
<div style="text-align: justify;">
(pero, aquí entre nos, se trata de un relajo de Copyrights que simplemente no consumarían la historia como merece)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Quiero aclarar que no he leído el libro. No lo poseo. Lo que hice fue escuchar la versión en audio narrada por el mencionado Wil Wheaton. Se trata de quince horas que no se sienten pesadas.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Pueden descargar el audiolibro (215 mb) <a href="https://1fhjloq.oloadcdn.net/dl/l/v_BltB7lJrpw2gVQ/SQ5yS1fDo9M/ready+player+one+by+ernest.mp3?mime=true" target="_blank">clic derecho y "guardar vículo como..." aquí</a> (actualizado 23/10/2017).</i></div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-13820033747079315732016-03-29T13:49:00.000-06:002018-08-23T12:17:12.871-05:00Alternate endingHice un dibujo:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYbg4RqorB_CTlLaMt3pT5Vk-MKd9hk6dTz8BGV64rter0pGP2GRdStKuKZ5gKaEcIJ_qH4urYmfL4S8p8jVp6ey9VdKZx1eu4AKEU4I_zNNXlEL5PsrzHFh0S6UipECVlQ0ldUHreGrJK/s1600/FB_IMG_1534701633085.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="847" data-original-width="776" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYbg4RqorB_CTlLaMt3pT5Vk-MKd9hk6dTz8BGV64rter0pGP2GRdStKuKZ5gKaEcIJ_qH4urYmfL4S8p8jVp6ey9VdKZx1eu4AKEU4I_zNNXlEL5PsrzHFh0S6UipECVlQ0ldUHreGrJK/s320/FB_IMG_1534701633085.jpg" width="293" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-71351585867608486602015-12-15T19:36:00.000-06:002018-08-23T12:22:22.720-05:00Algún día volverán<div style="text-align: justify;">
<i>Presten sus libros con un adiós.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los regalos de cumpleaños que más recuerdo es una edición de La Divina Comedia. Ya saben, la que tiene texto en la mitad de la página y, en el resto, las obligadas notas de referencia que hacen la lectura poquito menos compleja. Lo especial de este libro es que me fue obsequiado en sustitución de otro que presté y nunca volvió. Por su puesto se trataba del mismo título, aunque diferente edición.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella que inocentemente procuré era singular: poseía un olor característico jamás percibido en ningún otro tipo de papel. El interior era aún más notable; se trataba de una versión en castellano directamente traducido del latín, no en prosa, sino en los tercetos como Dante originalmente plasmó sus cantos. Aquí el logro del traductor consistió en forzar los endecasílabos al español. Una joya.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dicho libro fue adquirido en alguna tienda esotérica ubicada en algún callejón perdido de San Luis Potosí, a escasos metros de la otrora vivienda del poeta Manuel José Othón. A San Luis fui con mi hermana, mi padre y la hija que él tuvo con su segunda esposa. Fue travesía de reencuentro y reconocimiento. Un lindo fin de semana en el que Elena y yo quedamos maravillados de conocer a la infante media hermana que se la pasaba preguntándonos si "estábamos felices". Lindura de niña.</div>
<div style="text-align: justify;">
El recuerdo de un libro me llevó hasta allá. A otra ciudad, a otro tiempo en que parecía que todos podíamos frecuentarnos más y, gracias a mi media hermana, poner un filtro de inocencia a las muy complicadas relaciones familiares cuando ocurren eventos de separación y se establece tierra de por medio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bueno, aquel fue el libro que presté y me perdieron.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez la persona a la que le di mi Divina Comedia en algún momento recibió toda esta queja y ello le obligó a reponerme la pérdida. También es probable mi hermana, que en ese entonces era muy amiga suya, se lo platicara en la cafetería de la escuela. Sospecho que se enterará leyendo ésto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Años antes de que sintiera alguna pasión por las historias que acompañan a los libros, mi padrino de primera comunión me perdió uno de los mejores ejemplares que jamás hayan pasado por mis manos. Al menos eso pensaba entonces, con once años cumplidos. Se trataba de "El gran libro de lo Asombroso e Inaudito" (imagen) Inconseguible en la actualidad a menos que se disponga a gastar un mínimo de diez salarios mínimos con los revendedores en internet. Deleznable actividad que salpica a la cultura.</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhse4fbdSB7KABK73hY5KobriyP-xismzKHyTOsgSvYvuhJmOZSo3EIG2UER8xahGZ8Dz0Ip-jSlkg1lFxLPkdhQDNH537tpSgVXaZv872FpiSuV7ZYhFYI20CKJ_25XjathKDCl2YyQd9p/s1600/libro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhse4fbdSB7KABK73hY5KobriyP-xismzKHyTOsgSvYvuhJmOZSo3EIG2UER8xahGZ8Dz0Ip-jSlkg1lFxLPkdhQDNH537tpSgVXaZv872FpiSuV7ZYhFYI20CKJ_25XjathKDCl2YyQd9p/s320/libro.jpg" width="180" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
El libro también fue sustituido pero, a diferencia de la Divina Comedia, no renació en otra edición pues, como mencioné, se trataba de uno inconseguible y mercado libre no se inventaría hasta muchos años después. A manera de disculpa recibí "La muerte de Superman", el cómic que me alejó temporalmente del manga japonés y me acercó al universo de DC donde incluso el mismísimo Hombre de Acero podía ser abatido a punta de madrazos cortesía de Doomsday.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Muchos años después, con todo el conocimiento de la literatura basura que yo consideraba inútil, conocería a una persona que me confirmaría lo contrario. Y aquí entró en juego el azar en su máxima expresión: La primera vez que lo vi, llevaba bajo el brazo precisamente el libro al que hago mención. De manera jocosa (aunque tal vez él lo tomó a mal viniendo de un completo extraño) le señalé que ése era mi libro y le conté toda la historia que terminó con ambos admitiendo que Doomsday era mucha pieza para el hijo de Kriptón.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esto pareció bastar para que me invitara a una fiesta la noche de ese mismo día. Accedí porque, uno, él era de trato afable y, dos, algo me decía que había más de lo que dejaba ver.</div>
<div style="text-align: justify;">
Fuimos, pues, rumbo a la dichosa fiesta convenientemente cercana a mi casa. Lo primero que noté fue que mucha gente que yo había visto antes, en otras fiestas, otros bares, otros contextos, le cerraban el paso para saludarlo y abrazarlo. En ningún momento se detuvo a presentarme a persona alguna. Ni alcanzar una cerveza para que yo pudiera emprender un primer reconocimiento por el sitio. En cambio se perdió entre la masa de ebrios sólo para emerger instantes después acompañado de una pareja. Le emocionaba presentármelos por que, aparentemente, teníamos mucho en común. La pareja resultó ser mi hermana y su novio. Desde entonces somos entrañables amigos de innumerables pedas y soundtracks infinitos. Aunque creo que nunca hemos redimensionado cómo empezó todo. De hecho, nunca volvimos a mencionar el mentado libro de lo Asombroso e Inaudito.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un tercer momento se desarrolla en derredor de Julio Cortázar. Quien parece estar siempre de moda. Fue en alguna borrachera donde yo jugaba de local, que un amigo tomó de mi librero un ejemplar de "La isla a medio día" y, sin mediar palabra, se lo embolsó.</div>
<div style="text-align: justify;">
Les diré cuál es el pinche detalle con ese libro: resulta que fue mi primer premio literario de la vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
El símbolo del momento en el que alguien pensó, "oye, tú, puberto de trece años de edad, el jurado decidió que tu cuento sobre el gato que nunca aprendió a maullar fue el mejor y por ello mereces este paquete de cinco libros de cuentos para que sigas escribiendo."</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez debió el jurado anotarme en la tapa de cada ejemplar "¡Por tu madre, no los prestes!"</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si la vida fuera justa, debería escribir una segunda parte a este texto haciendo un repaso a cada uno de los libros que poseo y cuyos dueños legítimos están a la espera de que termine de leerlos, se acuerden a quién se lo prestaron o, a que yo me digne a reconocer que soy el producto de malas experiencias y mi precaria condición humana me ha convertido en guardián de lo ajeno.</div>
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<br /></div>
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O tal vez algún día yo también recupere los míos.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-55765924043987620302015-08-30T21:09:00.000-05:002018-08-23T12:24:11.486-05:00Veinte años de La Barranca<div style="text-align: justify;">
<i>Anoche asistí al Libélula Sound Station para presenciar a La Barranca en el cierre de su gira por veinte años de carrera musical. La siguiente no es una reseña, sino el conjunto de sentimientos que me atacaron al verlos en vivo después de casi tres lustros.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Que la mía sea considerada sólo una aportación. No intento polemizar. Mis ideas están fijas y poco o nada podría hacerme cambiar de opinión.</i></div>
<br />
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Adjunto el setlist de ayer:</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-iubmV1qgnShfIag_Ouo9Ickp0p28wfysO6vL5YvUANEPTSKvRu_uSlv9SqhJfj_tyIVVLW1XlEHisTK9KFr7Nuaei_e6bqFIPuXCL4Gu4B3a1WZOYiPCd1Nt5ka8dFKLHJ92woUVCeMs/s1600/Setlist.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-iubmV1qgnShfIag_Ouo9Ickp0p28wfysO6vL5YvUANEPTSKvRu_uSlv9SqhJfj_tyIVVLW1XlEHisTK9KFr7Nuaei_e6bqFIPuXCL4Gu4B3a1WZOYiPCd1Nt5ka8dFKLHJ92woUVCeMs/s320/Setlist.jpg" width="179" /></a></div>
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Qué distante aquella alineación del Vive Latino 2001 con Otaola y sus rastas y los hermanos Arreola acompañando a José Manuel Aguilera en un viaje por las ruinas olmecas, la filosofía tolteca y la búsqueda de lo que nos hayan dejado de peyote en este mundo sin esperanzas.</div>
<div style="text-align: justify;">
La Barranca no es un grupo consolidado desde el punto de vista comercial más elemental. Se trata, en cambio, de una idea impregnada en el rock nacional que ha sido recultivada por nuevas generaciones bajo el mando del fuego primigenio: José Manuel.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aguilera tiene los años encima, el golpe de verlo pararse a escasos cinco metros de la mesa que compartí con mi esposa, me despertó de un sueño al que él mismo me había sumergido catorce años atrás: el cabello escaso, la sonrisa pesada, los párpados en clamor de piedad que nuestros aplausos y entusiasmo no les otorgan.</div>
<div style="text-align: justify;">
Son veinte años de entregar discos sin puntos débiles. No existe parangón -al menos no en la escena del rock mexicano contemporáneo- para esta banda de perfeccionistas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Voy a permitirme hacer una comparación con dos grupos estimados internacionalmente.</div>
<div style="text-align: justify;">
Comparemos a La Barranca, primero, con Pink Floyd (guardando toda proporción para los de piel más delgada) en el tenor de echar luz sobre Roger Waters, bajista de la banda londinense. Considerémosle la pieza central conforme pasaron los años. Roger pasó de ser el músico menos apreciado en una alineación que incluía dos genios en potencia (Barret y Gilmour) al motor que hizo de esta banda de rock progresivo* en una máquina impresionante generadora de ingresos a escala global: Roger, el motor.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora, llamo su atención hacia otro músico inglés, éste sí, un genio desbordado que se manifestó a través del grupo de rock -más- progresivo, King Crimson. El también inglés Robert Fripp, incansable estudioso de los instrumentos de cuerda y al que llamaremos el corazón del grupo: Rob, el corazón. Tanto King Crimson como Pink Floyd han sido escaparate para cantidad de músicos que tienen un paso -en su mayoría- efímero y sirven de alimento para esos monstruos. Pink Floyd, King Crimson y la Barranca son, en este sentido, ideas que han permanecido y sobreviven a todos exceptuando a los incondicionales: Roger, el motor; Rob, el corazón y, permítanme tomar la licencia que advertí al inicio de mi analogía, José Manuel, la combinación de ambos: motor y corazón. El fuego primigenio.</div>
<div style="text-align: justify;">
La Barranca nos sobrevivirá. Trascenderá la música y será piedra de toque para cualquier iniciado en la inclusión de folklor mexicano y latinoamericano en sus ritmos musicales.</div>
<div style="text-align: justify;">
No merece este grupo reconocimiento comercial. No necesitan los reflectores mundiales. Lo que han conseguido en veinte años es colocarse entre la pléyade de artistas de calidad que tocarán los acordes finales durante el juicio divino. Eso no lo ha conseguido nadie aún. No para mi.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><i>*Rock Progresivo: básicamente todo el rock que es muy elaborado, suelen contar historias completas a lo largo de un álbum (o varios) y no suena a AC/DC es rock progresivo. Es más difícil de digerir y no es por ello malo en sentido alguno. Bandas de referencia inmediata: King Crimson, Rush, Captain Beefheart, Frank Zappa and The Mothers of Invention, Emerson Lake & Palmer, Yes, Pink Floyd, KTU, Cabezas de cera, Los Jaivas.</i></span></div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-33917602611270009482015-07-14T22:09:00.000-05:002015-07-14T22:09:14.187-05:00Schizophrénie<div style="text-align: justify;">
Las condiciones actuales de mi ir y venir por este océano de casualidades me pasan de largo. Actúo en un sopor de costumbres definidas. Todo lo resumo en una palabra: pesadillas.</div>
<div style="text-align: justify;">
No se tratan, empero, de malos sueños que remiten a temores primigenios. No tengo certeza de cómo hallamos refugio de los miedos y no pretendo emprender ese viaje por ahora.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que me atañe, reitero, no es producto de la imaginación: sino de recuerdos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Para mi, un día normal empieza muy temprano y termina muy tarde. Esto es de lunes a viernes; de seis de la mañana hasta media noche. Reparto mi tiempo entre responsabilidades que afectan a muy pocas personas y, definitivamente, no marcan diferencia alguna en la vida del resto. Mis días pasarán en un suspiro, ajenos a las preocupaciones de la mayoría y, por desgracia, ajenos también a las consideraciones de mi círculo familiar inmediato.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es mi familia la primera que no me toma en serio. No los culpo. Siendo sinceros, me sorprende que mantengan comunicación conmigo después de tantas tragedias provocadas. Quizá la palabra tragedia es demasiado. Me limitaré a llamarle "ciclos de eventos desagradables".</div>
<div style="text-align: justify;">
No es para menos. Desde que era niño fui testigo de la bonanza progresiva de las familias de mis amistades; los compañeros de la cuadra; los camaradas. Todos, sin excepción, mostraron alguna mejoría si tomamos como referencia el estoicismo socioeconómico que perduró en mi hogar. Allí, en ese compacto departamento de cincuenta metros cuadrados la vida pareció detenerse.</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo debí tener ambiciones distintas; crecer de manera académica y profesional. Realizarme, viajar a Europa, malcriar hijos y dar todas las satisfacciones que nunca pude llevarle a mis padres. En vez de eso, me dediqué a evitar nuestro progreso al convertirme en el blanco de todas sus atenciones y un pozo sin fondo para dinero desperdiciado en terapias.</div>
<div style="text-align: justify;">
En aquellos tiempos fui el único en contra de platicarle mis cosas a un completo extraño. Un alto señor que, cada vez que mi memoria lo recupera, le ubica frente a un muro lleno de fotocopias de diplomas enmarcadas con desgano. Un intenso olor a cigarro atrapado en todos los muebles de la sala de espera siempre repleta de personas que no encajaban en sus cuerpos: Sujetos con caras de niño y brazos de anciano; señoras identificadas con sus propias hijas, quienes se sentaban junto a ellas, vistiendo las mismas prendas. Cogiéndose al mismo hombre. No era ambiente para un niño de diez años. No importa cuánto me digan que lo necesitaba y el bien que me haría.</div>
<div style="text-align: justify;">
La primera vez que me vi forzado a platicar con el señor de los diplomas le dije todo. Desde el principio sin omitir detalles. El tipo no levantó ni una ceja.</div>
<div style="text-align: justify;">
Las palabras no surtían el mismo efecto en este auto proclamado doctor que provocaban en mi madre: en la parte de la historia que ella interrumpía a gritos y manotazos, el doctor suspiraba de hastío. El pasaje con el que mi hermana de siete años casi enloquece invocó un profundo bostezo en mi escucha. Incluso el relato de la noche de los tres gigantes que a mi me entregaba escalofríos no mereció mas que un carraspeo. Esto ocurrió cada miércoles durante los siguientes siete meses. La ruina económica de mis padres tuvo como resultado que me olvidara de contar historias. Distinciones de realidad ideada, decía aquél enjuto doctor.</div>
<div style="text-align: justify;">
Han pasado veinte años sin redención. Cada fin de semana visito a mi madre para sentarme en la mesa plena de comida y cuyo objetivo consiste en evitar que nos hablemos o miremos a los ojos. Durante dos décadas olvidé aportar lo único que podía: mi realidad ideada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy mi hermana decidió cortar el pan con la noticia de la muerte de aquél psiquiatra que me ignorara durante siete meses. Fue tan abrupto como lo describo. Ni siquiera mencionó su nombre y, en realidad, creo que nunca se pronunció en casa. Se limitó a decir algo como, "Oye, ¿te acuerdas del loquero con el que te llevaban cuando éramos niños? Pues ya se murió. Me dijo Rubén."</div>
<div style="text-align: justify;">
El tal Rubén, por su puesto, es irrelevante. Pero la noticia provocó algo en mi. Despertó algo olvidado. De alguna manera, a decir por lo que he visto desde el momento que me enteré de su fallecimiento, el hechizo del doctor se esfumó con él.</div>
<div style="text-align: justify;">
Imagino que la técnica utilizada en mi problema perdió efecto en el momento que me hice consciente de que el único que nunca se impresionó con mis historias había desaparecido de este plano. Resulta obvio que el tipo llevaba muerto un rato. El tal Rubén es poco confiable con información sensible. De ahí que sea tan irrelevante.</div>
<div style="text-align: justify;">
¡Vaya, le esperan en el infierno todos los pacientes que se mataron! -dije entre risas- Mi madre estuvo a punto de soltar su primera carcajada en años cuando rematé, "yo debería estar en el grupo de bienvenida". Endureció el rostro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo primero que noté fue una veloz silueta girando en la pared de la sala. Mi madre y hermana, que para contextualizar el momento, eran las únicas que estaban a la mesa conmigo, distinguieron de inmediato una mueca de decepción y se miraron en complicidad. Pasamos el resto de la comida en silencio; mi madre, mi hermana, la silueta giratoria y yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo molesto de las siluetas que giran, como deben saber, es que deforman los rostros de la gente que les da sombra. Por su puesto que tenía curiosidad de si volvería a vomitar como cuando, de niño, atestigüé a la silueta de mi madre girando y torciendo su quijada. En aquella ocasión sólo se posaban a la sombra de mi madre. Cuando esto ocurría, la deformación del rostro no se detenía con el tope natural que los husos y músculos ofrecen. La cabeza, se divide en dos hemisferios siendo los labios el ecuador. la parte superior gira en el sentido contrario que lo hace la inferior y rompe piel, músculo, nervios y hueso desparramando tanta sangre como debe existir en la zona. Tal vez cruzan un par de arterias importantes. Mientras más tiempo la vea, más rápido gira. Este relato provocaba que mi mamá, eufórica, manoteara y gritara que me callara.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esta ocasión, la silueta se posó a la sombra de mi hermana. Tal vez por que ya es mayor de edad o por que alguna parte muy dentro de mi quiere que su cabeza se tuerza. Así que puse de lado los cubiertos y dejé de parpadear para ver cómo muy lentamente los ojos y nariz de mi hermana se deslizaban a la derecha, mientras su mentón se dirigía a la izquierda; la piel se estiró y asomó los músculos que nos permiten hacer mas de cien gestos. Su piel se rompió antes de tres cuartos de giro de cada lado y escuché tronar los huesos como si se pisara un pescuezo de pollo dentro de una bolsa de agua. La sangre cayó a la mesa y llenó su plato de comida. Ensució su vestido morado y siguió girando. Cuando cada uno de los hemisferios en que se había dividido su cráneo dio una vuelta completa y devolvió a mi hermana un aspecto más cómodo a la vista; claro, descontando esa frontera de sangre, piel viva y pellejos colgando, la silueta dejó de girar. Salió de la sombra que mi hermana proyectaba en la pared y camino con cautela hacia la sombra de mi madre. Repitió la dosis. Vi los dientes de ambas poblar la mesa. Comer se tornaba en una tarea imposible. No podía distinguir las salsas de sus fluidos y sus dientes se hacían pasar por pedazos de elote en mi mole de olla. Me apuré a comer como pude y puse rumbo a casa. No podría tolerar un minuto más de cabezas giratorias pues, cuando la silueta se aburrió de girar sus cabezas, comenzó una rutina con sus torsos. Demasiado para una comida -me dije-.</div>
<div style="text-align: justify;">
Por su puesto que no les comenté nada a ellas durante los casi cuarenta minutos que duró el espectáculo. Todo esto está en mi cabeza. Nunca supe qué lo provocaba pero aparentemente se reactivaron en el momento en que al estúpido loquero se le ocurrió colgar los tenis.</div>
<div style="text-align: justify;">
Curioso me resulta que fuera mi hermana quien me diera la noticia. Ella fue, sin duda, la más afectada con mis historias de la infancia. Se creía todo. Claro que no le iba a contar cómo pude ver con lujo de detalle anatómico la separación de sus huesos maxilofaciales. La anécdota de los rostros barridos bastó para que me dejara de hablar el tiempo que duró mi terapia. Con el loquero en mejor vida, los patrones se están repitiendo. Me vine a encerrar a casa para escribir todo esto. Mi plan es simple: una vez que termine de redactar, imprimiré algunas copias y le pagaré a alguien para que lo lea en voz alta y que al final queme la hoja. Que lo haga con desprecio. Tratando de emular la apatía que el doctor siempre me destinó. Quemar la carta no tiene mas que la intención dramática del momento. Me parece elegante.</div>
<div style="text-align: justify;">
Así pues, vine a casa tratando de evitar contacto visual con cualquier persona. Después de las siluetas giratorias me esperan tres cosas: los rostros barridos, los tres gigantes y mi esperada muerte. Si no ejecuto mi plan, me puedo ir preparando para alcanzar al doctor en el infierno.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los rostros barridos, o borrados, o eliminados, no son desagradables del todo. Hay mucha gente poco agraciada deambulando por las calles. Simplemente carecen de rostro. Lo que podría desesperarme un poco es el hecho de que, sin nariz y boca, no pueden acceder al delicado y preciso oxígeno para sobrevivir. Esto se traduce en un mar de gente retorciéndose en la calle en una asfixia multitudinaria. Gritos ahogados y desesperación de ciegos buscando abrirse la piel para respirar. Eventualmente todos mueren y me quedo sentado esperando a los tres gigantes. Una vez que lleguen éstos y hagan lo suyo, sólo me queda esperar la media noche para dejarme atrapar por el sueño. Toda la rutina empezará desde cero al día siguiente. Si no evito que esto suceda, me mataré. Cuando era niño tenía muy clara la manera de suicidarme. Incluso los gigantes ofrecieron su ayuda. Pero intervino mi madre para meterme a la puta terapia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los tres gigantes no lo son en el estricto sentido de la palabra. Mejor dicho, serían gigantes. Lo único que me ofrece esta última etapa de alucinaciones son tres cabezas de casi tres metros de altura. Tres cabezas que giran y chocan entre sí. Tres cráneos que me siguen a todos lados y a la menor descuido muerden con la intención de amputarme un miembro. Mientras escribo esto, puedo ver la silueta de una de ellas por la ventana que da al patio. Allá atrás están esperando a que me duerma antes de que se vayan a media noche. Si para mañana no consigo que alguien me ayude a leer e ignorar todo esto, voy a matarme. No concibo un día más con esta rutina. Existen quienes soportan procesos diarios más tortuosos; trabajan en oficina, educan a sus hijos. Detesto a esa gente y, especialmente, detesto su constante queja por cosas sin importancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fin.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-37556894061927377912015-01-02T14:51:00.004-06:002015-01-02T15:14:23.735-06:00Libros del 2014<i>Seré más disciplinado en todo lo que hago. El año pasado recuperé una actividad que, desde mis días de recién graduado, estaba abandonada: leer mucho.</i><br />
<i>No sólo leer. Eso lo hacemos todo el tiempo. En algún momento traté de explicar a mis amigos que, si sumamos el total de palabras leídas durante el día (repartidas entre anuncios espectaculares, publicaciones en facebook, noticias en periódicos, revistas o páginas web) al final de la semana habríamos terminado un libro de 300 páginas -el promedio del grueso de novelas contemporáneas-</i><br />
<i>Nuestro estilo de vida nos aleja de los objetivos y estamos siempre distraidos.</i><br />
<i>Así, pues, leer mucho. Quizá lo forcé con el absurdo propósito (pues todo propósito de año nuevo ha de ser absurdo) de terminar un libro cada semana. ¿Cincuenta y dos libros en un año? Parecía una empresa fácil. Máxime cuando tenía presente la tesis con que sermoneaba a mis amistades cada que se quejaban de no tener tiempo de leer.</i><br />
<i>Irónicamente, ése fue mi pretexto al final.</i><br />
<i>Quise hacer mucho durante el año, ¿y quién no?</i><br />
<i>En retrospectiva, creo que sí lo hice. Corrí una carrera de 5 km por vez primera. Cosa que requirió entrenamiento y me impulsó a buscar otros eventos hasta que una absurda lesión en la rodilla me apaciguara el tremendo bicho de "querer correr".</i><br />
<i>Durante el primer trimestre del año llegó la asombrosa y feliz noticia de que sería padre por segunda vez. Situación que provocó que modificara cantidad de comportamientos a riesgo de perder algunas amistades por el desgaste que dejar de frecuentarlos provoca. Por suerte hay Internet y supe de todos ellos desde una prudente distancia. Los buenos amigos siguen ahí, no solo a la espera de volverme a ver, sino felices por que mi familia crece y entienden que esto me hace inmensamente feliz.</i><br />
<i>Estas condiciones absorbieron tiempo que tuve que tomar de aquél que había destinado a la lectura masiva.</i><br />
<br />
<span style="font-size: large;">Haré un rápido recuento de los libros que pude terminar:</span><br />
<br />
<b>Balas en los ojos</b> y <b>El siglo de las mujeres</b>: Novelas 1 y 2 del autor Gabriel Rodríguez Liceaga. Un escritor contemporáneo que ha sabido ganarse lectores a través de la interacción por Internet. Digamos que ya era un escritor conocido antes de que sacara su primera colección de cuentos. Para mí, un modelo a seguir.<br />
El primer libro es "el ejercicio inicial del escritor". Donde se ponen a pruebas los alcances y se pulen las habilidades de narrador. Imposible para mí no compararlo con "Un hilito de sangre" de Eusebio Ruvalcaba, su mentor. Además de "El guardián en el centeno" de Sallinger y "En busca de Alaska", de John Green. Buen libro como ejercicio de apertura, aunque al autor le fastidie (Cuando le pregunté, me dijo que esa novela la escribió en la peda y la revisó en la cruda). Carece del enamoramiento hacia la ópera prima. El segundo libro le representa un crecimiento notorio. La prosa es elaborada aunque me parece que, más que defender el género femenino de este despiadado mundo de las letras donde las mujeres casi no se ven, se escuda en él y no lo pone en el lugar que busca como sí hiciera Carl Sagan en "Contacto", por ejemplo. Pero estoy comparándolo injustamente con uno de mis autores favoritos.<br />
<br />
<b>Mientras escribo</b> de Stephen King. De inmediato lo convertí en uno de mis libros básicos. Tal vez de los mejores que leí en el año. El autor hace un recuento de sus días dejando migas de pan para el escritor en ciernes. El crecimiento viene de la mano de la persistencia. Eso es King, un narrador persistente.<br />
<br />
<b>Vittorio </b>de Anne Rice. Cuando empecé a leerlo, creí que no pararía con las novelas de Rice por un tiempo. Sin embargo, no me atrapó como esperaba. La acción es buena: en los tiempos de bonanza de la casa Medici, los duelos eran a espadazos y de frente. Ahí aparece Vittorio, único sobreviviente de un crudo ataque al castillo de su familia y su incansable búsqueda de venganza contra aquella súper erótica vampiresa que me ha devuelto la fe en las pelirrojas.<br />
<br />
<b>Los olvidados</b> de Jesús Guerrero. Lo leí por dos razones, compararlo con la película de Buñuel (la familia Guerrero mantiene litigio hasta la fecha por el pago de regalías argumentando que el español se basó en la novela del ex profesor del IPN) y me debía una novela de Jorge Ibargüengoitia donde se relata un México pobre y sin esperanza de mejora. Ésta entró al quite.<br />
<br />
<b>El evangelio según Jesucristo</b> y <b>Caín </b>de José Saramago. Si tan solo la primera hubiera sido un viaje fantasioso y divertido como lo es la segunda, habría disfrutado ambas novelas. Pero quedó un sinsabor al dejarme llevar por las recomendaciones del autor sobre cómo no tomarse tan en serio al divino hijo del creador (la desmitificación de las deidades siempre se agradece) que tuve que lavar con Caín. Divertidísimo viaje en el tiempo de la primera creación del padre de Cristo que lo hace una especie de "Time cop".<br />
<br />
<b>Jornadas desde la Tierra</b> de Hermann Hesse. Mi autor favorito de toda la vida merece que lo lea al menos una vez al año. Un cuento largo o novela breve, no sé cómo catalogarla. Trata de un misterioso grupo de hombres misteriosos que se dedican a revelar misterios enterrados en tierras aún más misteriosas. Es ideal para un viaje en camión de una hora.<br />
<br />
<b>Farenheit 451</b> de Ray Bradbury. Ni la portada ni el título me animaban a leerlo. Pero algo había en el nombre del autor. Algo me sonaba. Yo, que me creía un fanático de la ciencia ficción, nunca había leído nada de Ray hasta ahora -aunque sí lo tenía considerado como uno de los indispensables del género- Esta novela es el porqué: trata de un escuadrón de bomberos que van de aquí a allá quemando todos los libros que se encuentren, pues esto se ubica en el futuro y, aparentemente, los libros son un enemigo peligroso. Creo que la película "Equilibrium" (Kurt Wimmer, 2002) le debe mucho a esta obra.<br />
<br />
<b>El exilio rojo</b> de varios autores alemanes radicados en México. Este libro lo regalaban si atendías una plática de Paco Ignacio Taibo II. Muestra la forma en que los extranjeros nos miran con sus ojos de primer mundo pero sin criticar, sino en son de echar la mano. Me recordó a "Vecinos distantes" de Alan Riding.<br />
<br />
<b>El argumento de la espada</b> de Eusebio Ruvalcaba. Un libro que me encontré en una bodega y salvé del basurero que le destinaba. Siempre rescaten libros. Siempre. Me lo llevé feliz a casa sólo para descubrir que se trata de un poemario que ni siquiera puedo comentar pues la poesía no me gusta. Soy muy rudimentario para dejarme consentir por las letras en pos de la belleza. Lo leí más como deuda por haberlo hallado aunque no permanece verso alguno en mi mente.<br />
<br />
<b>Watchmen, Before Watchmen, Marvels, V for Vendetta, The Sandman</b> de Alan Moore, Kurt Busiek y Neil Gaiman. No las considero literatura basura. Estas novelas gráficas sostienen argumentos sorprendentes. Moore es una garantía (Watchmen, V for Vendetta) las tramas son imposibles de abandonar. Mención aparte merece que en cada novela hay novelas dentro que dan soporte a la fantasía. Kurt Busiek (Marvels) fue un grato descubrimiento (lo seguí un tiempo en twitter, pero se pone borracho muy seguido y se le sale lo misógino. Así que sólo lo leeré en cómics) y Neil Gaiman (The Sandman), según dicen, es un escritor superior a Stephen King. Tendré que leer mucho sobre él para que pueda acercarme a una opinión tan aventurada.<br />
<br />
<b>El Psicoanalista</b> de John Katzenbach. Primer libro que leo de este autor y creo que pasará un tiempo antes de que me anime con el segundo (que, igual que éste, me lo prestó mi hermana) que me mira paciente desde el librero. El problema con estas novelas policiacas es que parece seguir un machote de "cómo escribir una novela". Este libro va en tres partes, siendo la primera (Inducción) la más extensa y aburrida. Varias veces pensé en abandonar, pero me obligué a continuar. La segunda parte (Nudo) es harto más entretenida. Si tan solo hubiera iniciado así el argumento y después explicado los detalles al estilo de Arthur Conan Doyle, sería una obra sobresaliente. La tercera parte (desenlace) simplemente ata los cabos sueltos. Una obra sencilla que en repetidas ocasiones me hizo voltear al estante a buscar otra historia.<br />
<br />
<b>Inferno </b>de Dan Brown. Me debía terminar la trilogía del profesor Langdon. El autor es un maestro del género policiaco y un aventurado del suspenso. A veces sus resoluciones son absurdas pero lo rescata una trama inteligente, fresca y actual. Aquel viaje iniciado con El código Davinci y continuado con Ángeles y Demonios, halla aquí una buena conclusión. Dan Brown debería dejar en paz a Langdon y dedicarse a hacer otras narrativas paranoicas como el par de libros que miro en este momento aguardando su turno (La conspiración y La fortaleza digital)<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjng79qkdJOnId5c7JQK3rLKxs0k98nHPk-tlrdCmBB7c35zo22AqbNcKzyN8Fq8sXPyQpZCYi0P165Mw1fEF4NaSWyfRHuh9cORgueFtd0LLUgGFNxw-YkQj3afTWZzP7Sxns-DcYzr7KV/s1600/15033-la-isla-misteriosa-verne-julio.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjng79qkdJOnId5c7JQK3rLKxs0k98nHPk-tlrdCmBB7c35zo22AqbNcKzyN8Fq8sXPyQpZCYi0P165Mw1fEF4NaSWyfRHuh9cORgueFtd0LLUgGFNxw-YkQj3afTWZzP7Sxns-DcYzr7KV/s1600/15033-la-isla-misteriosa-verne-julio.jpg" height="320" width="209" /></a><b>La isla misteriosa</b> de Julio Verne. De calle, el mejor libro del año. El autor que me ha volado la cabeza con De la Tierra a la Luna, Viaje al centro de la Tierra o Veinte mil leguas de viaje submarino, me deja perplejo con la capacidad de imaginar cómo se las arreglan una quinteta de exconvictos que naufragan en una isla del Pacífico durante los tiempos de la guerra de secesión. Tenemos al científico, su criado, su perro, su compañero novelista, al marino y al aventurero que, con sus distintas capacidades hacen de una isla desierta un sitio al que poco le faltó para terminar con tendido eléctrico y ferrocarril. Impresionante el modo en que se aborda cada problema y se resuelve de manera metainteligente. El miesterio siempre presente de si están solos o no en esa isla y el argumento final que debería ser piedra de toque para todos los escritores que no saben concluir tramas extensas. Una joya.<br />
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<b>Tokio Blues (Norwegian Wood)</b> de Haruki Murakami. El autor logró el cometido de darme ánimos para leer más de él. Es una buena introducción al excandidato a Nobel de literatura. Aunque se asoma, desde esta novela, el por qué nunca lo recibirá: En muchas ocasiones se distrae el hilo de la trama hacia la poesía que se percibe forzada en momentos que no cuadran con la tristeza o alegría reflejada en el instante narrado. Otra cosa que me deja un sinsabor aquí es que se hacen referencias a otras obras literarias (Ulysses, El Gran Gatsby) y, encima, se menciona que una novela debe pasar la prueba del tiempo al leerse sólo si han pasado treinta años desde la muerte de su autor. Si esto no lo autodescalifica, no sé qué pueda. Tal vez le den el Nobel póstumo, allá por el año 2050.<br />
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<b>Exiliados </b>de James Joyce. Se trata de una obra de teatro irlandesa de un autor súper irlandés. Es como leer a Oscar Wilde pero macho. Tal vez no la mejor opción para conocerlo. Dicen que Ulysses debe leerse en inglés por que él detestó que se tradujera. Mira qué delicadito. Tal vez no es tan macho después de todo.<br />
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<b>Notas de un francotirador</b> de Emmanuel Carballo. Se trata simplemente de un compendio de autores mexicanos y de cómo abordarlos literalmente. Abarca desde los escritores en tiempos de la Revolución hasta principios de la década de los ochenta. Existe una segunda parte que no he podido conseguir. Es buen libro de referencias.<br />
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<b>Hecho en México</b> de Lolita Bosch. Otro compendio, éste, de cuentos de los autores favoritos de una alemana que vive en nuestro país. Lo curioso es que no todos son escritores formales: hay un cuento por ahí de Roco, del grupo La Maldita Vecindad. Variadito y sabroso.<br />
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<b>Guerra Mundial Z</b> de Max Brooks. El segundo mejor libro del año para mi. En el año 2013 escuché el audiolibro en inglés. Convirtiéndolo en mi audiolibro favorito. Poco después salió la película con Brad Pitt, pero el audiolibro me resultó tan gratificante que me obligué a no ver la película. Cualquiera que conozca el libro coincidirá que es imposible resumirlo en un par de horas. El resultado fue un desastre que sólo demeritó la novela de Brooks. Este año me hice de una copia en español y lo devoré en un santiamén. Debo decir que el audiolibro en inglés sigue siendo mi preferido. Un excelente viaje a través de los ojos de una treintena de testigos del apocalipsis zombie al rededor del mundo.<br />
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<b>Amistad de Juventud</b> de Alice Munro. ¿Esta es la flamante ganadora del Nobel en 2013? Una canadiense de la que sólo se conocen colecciones de cuentos. Recuerdo que puso en seria duda la capacidad del jurado para decidir quién es merecedor del máximo galardón mundial. Después de leer éste, coincido con el sector que cuestiona. Puedo mencionar una veintena de autores que superan con una mano en la espalda a Munro en la construcción de historias cortas. No me parece una autora probada y dudo que soporte el peso de los años.<br />
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<blockquote class="tr_bq">
Un total de veinticinco libros no es ni la mitad de lo que me propuse leer al iniciar el año. Debo apuntar que habré dejado inconclusos una decena más. No por que fueran aburridos, sino por que alguno de los listados arriba tomó su lugar. En retrospectiva, algunos de ellos fueron malas decisiones.<br />
Así se me fue el año en letras.</blockquote>
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El 2015 lo inicio leyendo cuatro novelas simultaneas: <b>Gone Girl</b> de Gillian Flynn (en inglés), <b>La mujer del novelista</b> de Eloy Uroz,<b> Doctor sueño</b> y <b>Eso (It)</b>, ambos de Stephen King.Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-66336663510208940842014-11-01T18:34:00.003-06:002014-11-01T18:34:49.696-06:00Best Seller<div style="text-align: justify;">
No tengo problemas con los Best Sellers. A <i>botepronto</i>, diría que se tratan de lecturas fáciles con poca o nula aportación a un crecimiento intelectual. Cosa harto pomposa: todo conocimiento aporta el incremento de sabiduría y, de cada quién dependerá, si ello nos hace o no conscientes de futuras decisiones. Inteligencia, si quieren.</div>
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No sé de dónde viene el término <i>Best Seller</i>. Literalmente se traduce como <i>mejor vendedor</i>. Con eso es fácil deducir dos cosas: Primero, que son productos con un desplazamiento bárbaro en el mercado; cuyo afán es, precisamente, la búsqueda de ganancia económica en un corto periodo de tiempo. Fenómeno provocado que derivará en un libro reeditado tantas veces como sea rentable para las grandes casas editoriales. Segundo; al tratarse de lecturas de gran alcance y, considerando las infinitas variantes poblacionales: educación previa, comprensión lectora, gustos y expectativas. Muy necesario es que el contenido ofrecido sea, lo menos, genérico. No es de extrañar que la mayoría de los productos en las mesas de novedades de cualquier tienda departamental (ya no digamos de librerías), estén dirigidos a un segmento demográfico que comprenda los años previos a la madurez. Cuando los gustos están mejor definidos y hurgan contenidos cada vez más complejos.</div>
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Así, pues, digamos pompósamente que los <i>Best Sellers</i> son lecturas de poca complejidad y con lenguaje universal.</div>
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Insisto. Nada tengo en su contra. Incluso los hallo entretenidos.</div>
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En lo personal, encuentro difícil establecer conversaciones con amigos que no han crecido con las lecturas que yo tengo como preferidas. Por su puesto, aplica a la inversa: en no pocas ocasiones he sentido cómo sube la sangre al rostro por la vergüenza cuando no tengo aportaciones para libros de los cuales sólo conozco el autor. Cosa que no sería tanto problema si mi interlocutor se limitara a preguntarme qué he leído sobre cuál autor en específico. Trataré de explicarme:</div>
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Hace poco, en un <i>cantabar</i> donde pocos cantaban, coincidí con un buen amigo. La plática se desvió de alguna forma hacia Hemingway. En este punto,erré al indicra cuáles obras me han resultado más gratas y no decir <i>"¡ah, Ernest es un genio! Todo de él me gusta"</i>, como ocurrió. Acto seguido, mi contra espetó una frase que -ahora sé- es una muy célebre de "Las nieves del Kilimanjaro" e hizo una pausa en espera de que yo la terminara. La vergüenza se manifestó en un tímido "...ése no lo he leído", pronunciado a tan bajo volumen que no se oyó en aquél <i>cantabar</i> a pesar de que nadie cantaba.</div>
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Espero que sea un escenario común y que muchos de ustedes se hayan visto en una penosa situación sin saber qué decir. Hasta ahora que escribo lo acontecido, el suceso quedó entre mi amigo y yo. Él fue muy maduro para echármelo en cara y, por el contrario, me animó a leer una novela más del autor estadounidense.</div>
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Pero no todos son así.</div>
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En otra ocasión, me vi exhibido frente a familiares, amigos (¡y hasta mi novia!) cuando, el día siguiente a mi graduación, no supe cómo contestar una serie de preguntas sobre autores de teoría económica y otros relacionados a mi carrera: Me limité a decir que, durante la Universidad, mi predilección orbitaba lecturas clásicas y, de manera absurda, quise contraatacar citando a Kafka. Una catástrofe.</div>
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Volviendo a los <i>best sellers</i>, trataré sobre las bondades de uno que leí en días recientes: "Inferno", de Dan Brown.</div>
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La forma en que los libros llegan a mí, rara vez lo hacen a través de transacciones en tiendas departamentales o librerías. La mayoría de las veces, me verán esculcando mesas de libros usados donde el regateo es ley o hurtando novelas de la biblioteca en casa de mi madre. Tengo debilidad al intercambio cultural y, en este caso, es con mi cuñado con quien más hago trueque.</div>
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Lo bonito de un libro como éste, es que es su lenguaje universal hace ameno el viaje a través de tres ciudades llenas de historias escondidas. Siendo sinceros, el día que viaje a Florencia, Venecia y Estambul, prefiero como guía turístico a un estudiante de universidad que hable a un nivel para mi comprensible y no a un doctor en cultura y lenguas muertas a quien no le pueda seguir la plática.</div>
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Siendo aún más sincero, espero que me alcance vida para visitar Italia y Turquía.</div>
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Un <i>best seller</i> muchas veces lleva a otro y éste fue mi caso.</div>
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Lo curioso esta ocasión, es que <i>Inferno</i> me animó a tomar de la librería <i>El psicoanalista</i>. Un libro que prácticamente me dejaron a drede en espera de que algún día le hiciera caso. Digo que fue curioso por que, en la novela policiaca de John Katzenbach, también se hace referencia a la obra de Dante Alighieri. Así que van dos de dos novelas que hablan de la Divina Comedia.</div>
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¿Esto hace al épico poema del florentino un <i>best seller</i>?</div>
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Yo digo que sí.</div>
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Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-40494317233263267962010-08-12T11:35:00.000-05:002013-06-21T09:38:16.143-05:00Don Gregorio de Pénjamo<div style="text-align: justify;">
Jueves</div>
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Con la mirada clavada en el piso, intentaba enviar a su mente a otro lado, lejos del insoportable dolor. Se decía que pronto terminaría pero; a la vez, le inquietaba sobremanera la resolución de las cosas que dejaba pendientes.</div>
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Repetía en voz baja la frase que lo acompañará las últimas horas de vida, cada vez más rápido, cada vez menos nítida. La elocuencia sacaba de quicio a su confesor, quien llevaba rato buscándole la cara para darle el perdón divino.</div>
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“Te arrancamos la potestad de sacrificar, consagrar y bendecir, que recibiste con la unción de las manos y los dedos”, se decía incansable buscando su mirada en el reflejo que otorgaba el charco de sangre.</div>
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"...que recibiste con la unción de las manos y los dedos”</div>
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Las quemaduras no con fuego, con ácido, no sanaban, no cauterizaban, abría cada vez exponiendo lo que debía guardar la piel.</div>
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"...la unción de las manos y los dedos”</div>
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Pedir vendaje era una idea descabellada luego de tres meses de confinamiento y maltrato. Terror psicológico con la marca que la inquisición cuando está furiosa. Cuando por fin se le hizo tener en sus garras a quien persiguiera por más de diez años.</div>
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¿Y quién es ese que no me quita los ojos de la nuca? -preguntaba sin sacar la mirada del charco; halló sus ojos cansados en el espejo rojo-</div>
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El indio Salcedo, así le dicen por acá -respondía su confesor cerrando de golpe la biblia-</div>
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Hace no mucho se les hubiera podido ver caminando bajo la abadía bordeando el jardín y desgastando los temas bíblicos. Ahora, este par, confesor y condenado, compartían la celda momentáneamente; el primero para irse con la conciencia limpia de haber cumplido; el segundo, con el orgullo arrebatado y la conciencia limpia por haber seguido sus instintos.</div>
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¡Espere, Padre Juan! -lanzó el condenado cuando el primero se puso en pie solicitando permiso para salir al carcelero- Dígales que Dios los perdonará. Que está bien dar muerte a un sacerdote siempre que se haya demostrado que éste no es digno de servir al creador.</div>
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Se los diré -respondió condescendiente quitándose de los hábitos las manos ensangrentadas- Se los haré saber... solo si fallan al primer intento.</div>
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El horror del condenado tuvo un efecto contrario en el indio Salcedo al otro lado del corredor, quien más se sonreía presumiendo su escasa dentadura.</div>
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Le prometo que yo no fallaré, padrecito -gritó alegre afilando vigoroso el machete oxidado.</div>
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“Te arrancamos la potestad de sacrificar, consagrar y bendecir, que recibiste con la unción de las manos y los dedos”</div>
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Regresó por un momento a la frase repetitiva para distraerse y no considerar el orden de las cosas, pero el ruido de tambores cortó sus ideas de tajo y éste fue sustituido a su vez por la fuerza con que latía su pecho.</div>
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Bajaría las escaleras de piedra. No se le permitiría hablar pues ya había sido otorgado el tiempo y lugar pertinentes. No entregó a su confesor nada más que la pregunta antes mencionada. Pidió que Salcedo se le acercara un momento pues se permitía una última voluntad dirigida al verdugo "haz llegar esto al Convento de las Teresitas de Querétaro" dijo al tiempo que le entregaba un escapulario con la Virgen de Guadalupe.</div>
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Salcedo cambió el semblante de gozo mórbido por uno de más entendimiento, abrió su paliacate y te pagaron por lo que vas a hacer?</div>
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-Son veinte pesos, padrecito- musitó aquél apenado.</div>
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Sonaron siete campanadas en la torre del ex colegio de la Compañía de Jesús cuando, después de tres descargas del pelotón, se apagó la vida de aquél que en los libros de historia pasaría como héroe sin tener idea de qué había provocado.</div>
Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-261447347225894782.post-85264303374864001582009-09-11T13:21:00.000-05:002013-06-21T09:38:29.904-05:00El Rey del día: Uno<div style="text-align: justify;">
Al atardecer, cuando el edificio adquiere tonos rosados por el efecto de la puesta de sol, Uno terminaba sus deberes. Le había sido dado el don de la Obediencia.</div>
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Los llamados dones, no son sino una selección de las mejores cualidades de la humanidad. El fin único de los Unos es servir como constante recordatorio de la perfección que se puede alcanzar mediante la sistemática eliminación de los males.</div>
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Uno es un engendro de la ciencia. La siempre bienintencionada dadora de múltiples beneficios y, en las últimas décadas, de vida espléndida.</div>
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Sujetos aprobados como Uno están bajo el ojo imperdonable de la sociedad. La misma que en otra época se apoyó en la ciencia para matar de una buena vez a Dios: aborrecer las creencias populares que, como fue demostrado en La Última Era de Creyentes, eran el principio de todo mal. La Doctrina de la Discordancia, el texto más preciado y que dio origen a La Primera Era de los Conscientes, dicta que la subyugación de un ser inteligente a uno inexistente contradice, en su base, la noción de la inteligencia misma y obedece a la inexistencia del ser consciente.</div>
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Los Unos nacieron creyendo en nadie. Nacieron perfectos.</div>
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Según el Postulado Séptimo de La Segunda Era de los Conscientes, les sería negado el don de la Nostalgia a los nuevos Unos. La explicación del Ministro refiere a una inherente recaudación de males anteriores que deberían ser erradicados mediante el castigo de Olvido.</div>
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Pero son los males parte de todo bien y, por ello, parte de los humanos, como antes se les conocía. Al ser olvidados los males, poco a poco se fueron olvidando los bienes; ya no había el amor sin el odio; ni verdad sin engaño; ya no había quien cantara un verso heroico sin estar seguro de un peso equivalente y contrario a cualquier argumento interpretado.</div>
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Los Unos terminaron por olvidar a los conscientes y éstos, olvidaron haber creado a los primeros.</div>
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Al atardecer, cuando la ciudad se pinta en tonos rosados, Uno ya es el único que hay.</div>
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Adriánhttp://www.blogger.com/profile/10108557824239412787noreply@blogger.com2